La Madrastra
Fecha: 21/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... madrastra recorrían a su antojo cada roncón de mi cuerpo, sus dedos largos y estilizados habían comenzado a acariciar mi clítoris, mientras Karel clavaba una y otra vez su poderoso miembro hasta lo más profundo de mi ser.
Sentía asco de mi misma por no resistirme a las caricias de Esther, pero también tengo que decir, aunque me cueste reconocerlo, que hacía un rato que había comenzado a excitarme, ella era una experta y sabía cómo y dónde tocar a una mujer, en ese momento estaba completamente rendida a sus deseos.
El dolor fue desapareciendo y poco a poco fui sintiendo como aquel pollón iba entrando en mi sin dificultad, con forme esto sucedía, mis lamentos de dolor, comenzaron a tornarse en pequeños gemidos ahogados de placer.
Esther se arrodilló ante él y le sacó la polla impregnada de fluidos vaginales de mi coñito, introduciéndola seguidamente en su boca, hizo que me levantara y obedientemente también me arrodillé frente a ella.
- ¡Vamos zorrita ven aquí, vas a tener la oportunidad de comerte una buena polla!
A pesar de que sus palabras seguían siendo hirientes, obedecí y me arrodille junto a Esther que en ese momento tenía una parte de aquel pene enorme metido en tu boca, cuando estuve a su lado lo sacó e hizo que me lo metiera en la boca.
- Toma ya verás cómo te gusta…
Lo sujeté con delicadeza y poco a poco lo introduje en mi boca, no creo que llegara a entrar ni una tercera parte de aquel miembro duro que permanecía frente a nosotras majestuoso. ...
... Lo hice como en muchas ocasiones se lo había hecho a mi chico, sujetándolo con delicadeza mientras hacía el vacío con los labios sobre su capullo.
Mi madrastra le lamía la parte que yo no alcanzaba a introducir en mi boca mientras con una mano le estrujaba las pelotas negras. Ella me miraba y sonreía con malicia.
- Mira Karel como le gusta mamar a la putita esta…
El cuerpo de Karel permanecía erguido mientras con su mano derecha empujaba contra mi cabeza invitándome a que siguiera con mi trabajo, mi lengua recorría las sensibles terminaciones de su capullo como tantas otras veces había hecho con una polla que nada tenía que ver con lo que ahora tenía dentro de mi boca.
Sentía como la excitación de Karel iba en aumento ya que su mano presionaba con más fuerza sobre mi cabeza obligándome a metérmela cada vez más profundo.
Mi madrastra comenzó a lamer mucho más cerca de mí, de tal forma que su lengua que hasta hacía un instante lamia la polla de Karel, había conseguido meterse en mi boca y jugueteaba con mi lengua.
Esta vez no dije nada y me dejé hacer, por un instante las dos bocas dejamos al unísono de deleitarnos con aquel miembro majestuoso y comenzaron a besarse, era una sensación extraña sentir los labios de una mujer, sentir su lengua recorriéndote…
No pude evitar lanzar un gemido acompañado de un espasmo cuando sentí sus dedos rozar mi clítoris, comenzó a acariciar mi húmeda rajita que por aquel momento ya llevaba un buen rato chorreando.
- Mira ...