Sexo con la madre de mi novia. Necesitó sexo, probó el mejor
Fecha: 23/10/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... momento de actuar, giré la silla, enfrentados, sus pechos en mis manos, los pezones secuestrados en lamidas complacientes, erizándose al compás de la mamada, siento como se aceleran los latidos, el deseo incrementa la humedad en su entrepierna, las manos apretadas entre sus piernas la delatan.
Levanté el vestido, instintivamente separó las piernas para hacerme lugar entre ellas, podía entender sus necesidades, interpretar sus miedos. Me arrodillé entre sus piernas, froté la boca sobre el triángulo del pecado, embriagarme con el aroma de hembra ardiente, hice a un lado la tanga, metí mis dedos, hurgar en su sexo la estremece.
Es el momento de complementar con mi boca para engullirme sus pezones, mientras mis dedos son succionados por su boca vertical. Los gemidos se multiplican, desmedida en su exteriorización, abraza mi cabeza para frotarla entre sus tetas, eleva las piernas, ceñidas en mi cintura.
Los dedos controlan y dominan sus zonas más erógenas, las delicias más extremas, se agita y remueve, pide, exige, que no me detenga. Los gestos dicen todo, los gemidos y aullidos llevan el sello de la impotencia de no poder resistir, inquieta por saber cómo encontrar sosiego, agitada y excitada pierde la calma y solo puede apretarse los pechos y gemir intenso.
El orgasmo, compulsivo, excede su memoria sexual, entre gemidos de goce pide que pare, que me detenga, al mismo tiempo que ordena que no lo haga…
- Para! para! Por favor! No puedo…
Suspendo el ...
... movimiento digital, solo un instante, retomo el ritmo, “dedeando” en su vagina, el dedo mayor, húmedo se anima a explorar en el ano. Un nuevo sacudón la pone en órbita, el orgasmo vuele a estremecer.
Se somete al macho joven, es momento de poner mi experiencia en acción. Tomada de la cintura la senté sobre el escritorio, el vestido arrollado en la cintura, me coloco entre sus piernas, produzco el golpe de efecto al desgarrar el tanga de un tirón, la prenda desgarrada la llevo a mi boca para aspirar su esencia de mujer.
La vulva aletea alborotados por el “paleteo” persistente de mi lengua, bucear en el mar de jugos de Nela, el clítoris abulta y eriza acosado por el pulgar izquierdo, la derecha intrusa por derecho propio en el oscuro hoyo del ano.
Los primeros escarceos digitales y bucales tienen efecto sobre su maltrecha sensibilidad, se deja al influjo de joven que sabe manipular sus eróticas sensaciones.
Las sensaciones la obligan a recostarse sobre el escritorio, haciéndome lugar para acosar su sexo con mi boca.
Su mano presiona para incrustar mi boca en su conchita, enredar sus dedos y sujetarme por la eternidad en ella. Las piernas elevadas y enlazadas en mi cintura como eximia luchadora sexual.
Los gemidos se suceden, sin recato ni pudor, todo vale para expresarse el placer de su genitalidad. El fuego interno asciende por su venas, dilatan sus pupilas, la mirada perdida, boca ladeada, babeándose, claros síntomas de un orgasmo de proporciones difícil ...