1. Cris y Nerea (Parte II)


    Fecha: 26/10/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: zitro1, Fuente: CuentoRelatos

    ... y en vez de continuar con el juego, lo saqué totalmente mojado y emprendí el camino al perineo y más allá, hasta encontrar el principio de las nalgas, las sujeté con las palmas y hundí los dedos entre ellas separando ambos cachetes. Coloqué la cara entre los muslos abiertos, la lengua ascendía por el perineo para a continuación empezar a recorrer lentamente el canal entre ellas. Se tensó bajo aquellas caricias en el ano.
    
    -Tranquila, si quieres lo dejo.
    
    -No... no... Continúa.
    
    -Cuando digas basta, sólo quiero jugar un poco.
    
    -Adelante -asintió.
    
    Continué deslizando la lengua por la grieta entre las nalgas evitando certeramente el rosado orificio mientras dos dedos volvían a masajear el clítoris.
    
    -No, no, follame por favor -Gimió, reclinándose sobre mí.
    
    -Relájate y túmbate en la cama boca abajo.
    
    Siguió las órdenes, hundió el rostro en la almohada. Al poco se volvió para mirar qué estaba haciendo.
    
    -No te muevas -le dije en voz baja.
    
    Volvió a esconder la cara. Quería observar su cuerpo y comprobar hasta qué punto estaría dispuesta a obedecer, deje pasar unos minutos más sin hacer nada. Volvió a darse la vuelta. Esa vez, respondí dándole unas palmadas en las dos nalgas.
    
    -¡Ayyyy! -exclamó.
    
    -Te he dicho que no te des la vuelta -le advertí con voz autoritaria.
    
    Obedeció y pasaron más minutos agónicos sin ningún movimiento. Le acaricié el trasero en el punto donde la había golpeado y deslicé los dedos entre la canal de las nalgas. Intentó ...
    ... incorporarse.
    
    -No he dicho que pudieras moverte.
    
    Ella volvió a tumbarse apoyando de costado la cara esta vez entre sus brazos. La sorprendí con nuevos cachetes, esta vez más fuerte. Se mordió el labio y luego soltó entre dientes algo ininteligible.
    
    -Me apetece darte un masaje.
    
    Me unté las manos del aceite y pasé un largo rato desde el cuello hasta los pies, después me centre en los muslos, de manera más suave, dentro fuera, de otra forma y con otra intención. Seguía boca abajo y le separé bien las piernas.
    
    -Dime en qué estás pensando.
    
    -No estoy pensando en nada.
    
    Me coloque sentado en sus talones, me incline y con la lengua recorrí toda la largura de sus muslos por dentro, chupando con suavidad, con veneración hasta el final, enterrando la lengua en el entramado de pelos que cubrían ambos orificios.
    
    -Me gustaría hacértelo durante horas y hacer que te corrieras una y otra vez.
    
    -No te detengas, hazlo, soy toda tuya.
    
    -¿Estás segura?
    
    -Sí, amo. Mi coño, mi culo, mis pechos... son tuyos para hacer lo que quieras y cuanto quieras.
    
    La hice colocar apoyando su cara contra la almohada, otra se la coloque debajo del cuerpo, con las piernas encogidas y el culo en pompa, de nuevo uní las manillas con las tobilleras y le separé bien las piernas, la visión era excitante, abiertas las nalgas, entre ellas por la espesura de la mata de pelo sobresalían los labios carnosos y rosados del coño abierto y brillante por la humedad de su excitación, el anillo del ano de un ...
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