Cris y Nerea (Parte II)
Fecha: 26/10/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: zitro1, Fuente: CuentoRelatos
... color rojizo oscuro con contracciones tensando las terminaciones nerviosas.
-Comprendes bien lo de posesión y obediencia.
-Claro que sí... lo entiendo bien, eres mi amo.
Busco en la bolsa de cuero negro y saco una fusta, delgada, pero rígida. Es una forma de demostrarle quien es el que manda. Gira la cabeza y sus ojos se dilatan de pronto.
-Muy bien, vamos a comprobar si te comportas como una sumisa.
-Pero ¿por qué? ¡Aaaah!
El primer latigazo cae sobre su trasero. La sensación la recorre desde la base de la columna que es el culo hasta la nuca -Este es el primero. ¿Te gusta?
-¡No! ¡Ah! La fusta vuelve a golpear. Los glúteos tiemblan.
-¡Respuesta equivocada! ¿Te gusta?
-¡Sí! ¡Aaaah! Cae otro azote, ya irracional ante cualquier respuesta.
-¡Pues entonces pide más! ¡Pídelo!
-¡Azótame! ¡Dame fuerte! ¡Ponme el culo rojo! ¡Ah! ¡Ah! ¡Aaaaahh!
Me detengo. Respira con dificultad, su pelo está revuelto, sus piernas tiemblan, su boca queda abierta. Su trasero está como un delicioso tomate. Con la lengüeta de la punta golpeé sobre su coñito. Me coloco de rodillas detrás de ella. Paso la polla por su coño, la tengo durísima, con el capullo de un rojo púrpura y el escroto tenso. La deslicé entre sus nalgas moviéndome arriba y abajo, para que la sintiera.
Tiré la fusta lejos y me tumbo junto a ella y busco su rostro. Nos miramos por fin sonríe.
-Delicioso, ¿verdad?
-Sí, mi amo.
-Muy bien. Pues aún… aún hay más. Tengo algo que te va a ...
... encantar.
-¿Más? -dice, asombrada.
-Sí, pero esta vez dejaré en paz tu culito. Pobrecito, ya tiene bastante.
Me levanto y voy de nuevo a la bolsa. Ella quiere seguirme con la mirada, lo que sus ataduras le permiten y ver qué es lo que pretendo. Cogí unas pinzas, se las coloqué en los labios vaginales hinchados ya por el deseo. Se tensó unos segundos, pero la veo sonreír y se muerde el labio.
Acerco mi lengua a su sexo y le lamo a conciencia. Esta deliciosa… succiono su clítoris una y otra vez, introduzco mi lengua por el canal de las nalgas y humedezco el anillo del culo. No puedo evitar el impulso de morder el labio que sobresale de la pinza, consiguiendo que un insulto escape de su garganta.
-¡Bastardo, hijo de puta! ¡Para!
-No… una puta como tú se merece esto y más -respondí.
Ahora unto con vaselina un juego de bolas chinas, son del tamaño de pelotas de golf, los labios continúan pinzados y las froto contra la entrada para lentamente introducirlas en el interior, entre la crema y sus flujos está completamente mojada, sus muslos tiemblan cuando pasado un tiempo extraigo lentamente la bolas y tiro de las pinzas.
Con un ¡aayyy! un nuevo gesto de dolor, la nalgueo un par de veces más.
-¿Necesitas que pare, Nesta? Puedes hablar.
-No -Emite unos berridos apenas humanos. Me aparto y contemplo el espectáculo. Una baba elástica resbala por los muslos.
-Buena chica -La piel del trasero y de la parte posterior de los muslos le ardía.
-Deliciosa… Vamos a ver ...