1. La tía Albina


    Fecha: 27/10/2020, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... la polla en la boca. Su lengua lamió el capullo, y mirándome, preguntó:
    
    -¿Te gusta así?
    
    -Si.
    
    Me la meneó.
    
    ¿Y así?
    
    -Si.
    
    Me chupó el glande.
    
    -¿Y así?
    
    -Uuuuuf.
    
    Me chupó el glande masturbándome muy lentamente.
    
    -¿Y así qué tal?
    
    -Así me voy a correr.
    
    Lamió el glande, meneó la polla con rapidez, chupó y me corrí. Un chorro de leche fue a parar a su boca. Con la lengua al lado de mi meato fue recogiendo la leche y se la tragó.
    
    Al acabar de correrme, cogió un plátano en un frutero, una tarrina de nocilla y otra de margarina en la alacena, y me dijo:
    
    -Ven conmigo.
    
    La seguí a su habitación, meneando la polla, flácida, mientras miraba para su tremendo trasero. ¿Qué querría hacer con el plátano, la nocilla y la margarina? De momento no lo iba a saber. Puso todo encima de la mesita de noche.
    
    Al lado de la cama, se quitó el vestido, las medias, el sujetador y las bragas. Yo me desnudé en un plis plas.
    
    Aquella mujer era un bicharraco, un toro de Mihura en mujer. No tenía michelines. Era pura fibra. Sus tetazas tenían unas areolas marrones inmensas y unos pezones que parecían pequeños cuernos. Ei coño tenía una espesa mata de pelo negro, también tenía pelo en los sobacos y en las piernas, aunque los de las piernas eran muy finos. Mi gaita se hinchó. Quería tocar diana. Albina se echó en la cama boca arriba, y me dijo:
    
    -Coge la margarina y úntame las tetas.
    
    Abrí la caja. Con tres dedos quité margarina. Volví a poner la caja donde ...
    ... estaba. Extendí la margarina por las tetas y se las magreé. El tacto de mis manos con sus tetas, hacía que mi polla latiese y echase aguadilla. Minutos más tarde, cuando ya Albina empezaba a gemir, me dijo:
    
    -Fóllame el culo con un dedo.
    
    Mi dedo medio entró en el ojo de su culo como un tiro. Vi como su vagina se abría y se cerraba y cada vez que lo hacía su ojete apretaba mi dedo. Albina tenía el coño empapado de jugo. Con la voz entrecortada, me dijo:
    
    -Dame la nocilla.
    
    Se la di sin dejar de follarle el culo con el dedo. Albina abrió el tarro. Cogió una poca con el dedo. Untó los pezones y las areolas de las tetas, y me dijo:
    
    -Lame y chupa.
    
    Lamí y chupé hasta que se hartó de untar pezones y areolas con nocilla. Luego hizo una línea con la nocilla desde el medio de sus tetas hasta su ombligo. Lamí su vientre y su ombligo... Después echó nocilla en su clítoris, y me dijo:
    
    -Lame de abajo arriba.
    
    No era tonta, sabía que yo no tenía puñetera idea de cómo atacar un coño y me iba a enseñar.
    
    Con mi dedo follando su culo, lamí la nocilla... Echó más, y más y más. Sus gemidos eran dulces, sensuales. Paró de gemir, y me dijo:
    
    -Bebe mi jugo para acompañar la nocilla.
    
    Sólo había un sitio donde beber. En su coño abierto. Lamí y bebí el jugo. Albina, era una viciosa de cojones.
    
    -Mete la lengua dentro para aprovechar.
    
    Le metí y saqué la lengua en el agujero de su coño. Albina movía la pelvis de abajo arriba y de arriba abajo.
    
    Al ratito quitó con su mano mi ...
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