Mis dos familias - 08 de 10
Fecha: 30/10/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Manuel y Julio habían subido mi equipaje a la habitación y lo habían dejado en el suelo. Me disponía a vaciar las maletas cuando escuche voces que llegaban de una de las habitaciones que daba a parte trasera y enfrente de la mía.
Se trataba de los dos muchachos, Manuel y Julio, estaban en bóxers cambiándose de ropa, colocándose el uniforme de camareros, de pantalón blanco y camisa gris.
-Tenemos que empezar a recibir clientes, ahora cambiamos de actividad.
-Pero vosotros vivís cerca, ¿qué hacéis aquí?
-La manutención y hospedaje está incluido en el salario y alguna noche terminamos tarde. -Manuel era delgado como yo, en cambió Julio tenía el cuerpo desarrollado y cuidado de gimnasio, muy parecido a Diego aunque no tan guapo de cara, se notaba en su cuerpo el trabajo que había hecho, o aun hacía, como stripper con sus amigos.
Miré por la ventana mientras terminaban de cambiarse, Diego, en el parking trasero, estaba sosteniendo una charla acalorada con un tipo bajito y regordete con bigotes y algo calvo, nada agradable por cierto. Sentí una presencia mi lado.
-Ha vuelto ese hijo puta. -Julio hablaba pero no se dirigía a mi la frase era para Manuel.
-¿De quien se trata? -mi pregunta iba dirigida a los dos.
-Un conocido. -respondió Julio de mala gana y aceleraron su labor para marcharse y dejarme solo.
Habían pasado dos días y veía poco a Diego si no era en su trabajo, ahora andaba más haciendo recados con la furgoneta, llevando comida de encargo con ...
... otro empleado, que atendiendo en el comedor. Me rehuía escapando de mi cuando me acercaba. Durante este tiempo no dejaba de pensar lo bien que lo había pasado en su casa y deseaba con toda mi voluntad que se repitiera. Me había masturbado en alguna ocasión con el recuerdo de su polla en mi culo y también de lo bien que manejaba la lengua.
Me sentía realmente humillado por sentirme de esa manera tan impúdica, pero no podía evitarlo, y me sonrojaba mirando atentamente a Julio como a veces manoseaba a Manuel, ya tenía asumido que esos dos tenían algo entre ellos que materializaban en la habitación que compartían a mi lado, aunque resultaban discretos.
Esa tarde, después de la comida del personal, le pregunté a Manuel si ya no salían a las noches y si Julio no trabajaba con Diego como antes.
-Precisamente esta noche tu padre nos libera antes, si quieres puedes venir con nosotros a bailar y tomar algo. -acepté de inmediato, por fin iba a poder salir y disfrutar algún rato.
-Julio continúa trabajado de noche en el bar, ya sabes donde, cuando no tiene otra cosa mejor que hacer, ahora le ocupa el tiempo este restaurante. Diego y Esteban se han buscado negocios más productivos aunque lo de follar turistas no creo que lo hayan dejado, pero ahora por placer, no se mucho de ellos de verdad, ya basta de preguntas háblame ahora de ti.
Le conté algunas cosas, pocas ya que no me iba a entender, ni a mi, ni a mi otra vida. Sin darme cuenta la conversación volvió a Diego.
-El ...