1. Mis dos familias - 08 de 10


    Fecha: 30/10/2020, Categorías: Confesiones Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... el culo hacia atrás para sentir más la verga, de la que ya sentía el calor atravesando las ropas.
    
    En ese momento quería, deseaba ser follado por quien fuera, dejé a Diego olvidado en mi cabeza y me volví para besarle alocado, metió la lengua en mi boca, y allí, en medio de la pista nos morreábamos a gusto, sin preocuparme pues era lo que hacían muchos. Me sujetó de la mano y me tiraba para le que siguiera y entonces Manuel me trajo a la realidad.
    
    -Vamos a marchar Telmo, mañana es día de trabajo. -el chico no me dejaba de agarrar y Manuel se dio cuenta.
    
    -¡Suéltale, cabronazo! El muchacho está comprometido que pretendías. -entonces soltó mi mano.
    
    -¡Puto de mierda!, ¿quién te manda meterte? -sujetó a Manuel de la camisa y elevó el puño, alguien se lo sujetó en el aire y sonó la voz de Julio.
    
    -Será mejor que te calmes y no hagas que me enfade. -el chico miró a quién ya le tenía la mano tras la espalda en una llave e hizo una mueca de dolor.
    
    -¡Esta bien joder! -todo había ocurrido en cuestión de segundos y el chico se alejó tocándose el brazo, no era lo mismo enfrentarse a Manuel o a mi que al cuadrado cuerpo de Julio.
    
    A la salida Manuel se abrazó a la cintura de Julio, como si fuera de su propiedad.
    
    -Eso ha estado increíble, gracias mi vida. -lo último que dijo me aseguró lo que ya imaginaba, Julio se tiraba al Manuel y estaba encantado con su nuevo chico, imaginé que, en algún momento, lo había sustituido por Diego.
    
    A la vuelta en el taxi, los tres en ...
    ... el asiento trasero, comenzaron a besarse y Manuel, ya sin embarazo alguno por estar yo delante, acariciaba la polla de nuestro amigo por encima del pantalón.
    
    -Esta noche te voy a compensar por salvarme la vida campeón. -la voz le salía mimosa con su boca pegada a la de Julio, no dejaron de tocarse hasta que llegamos a la playa, me dejaron que pagara la carrera del taxi y me abandonaron allí para irse hacia la casa.
    
    -Me parece que tus amigos esta noche no van a poder dormir, la fiebre los mata y la van a pasar follando. -el taxista reía entre dientes acariciándose la entrepierna.
    
    -¿Qué le debo? -me vio mirándole sus movimientos sobre su notorio bulto.
    
    -Si quieres puedes pagarlo con tu boquita princesa, seguro que estas deseando una verga y aquí la tienes. -me sentí apurado pero le alargué un billete y espere el cambio.
    
    -Esta bien, tu te lo pierdes, podíamos haber jugado un rato y tu culito habría quedado agradecido. -no le respondí, cerré de un portazo y corrí hacia la entrada casi huyendo, escapando, no del hombre, si no de mis morbosos deseos.
    
    En el piso superior estaba todo en silencio, solamente la luz que salía por la puerta entornada de la habitación enfrente de la mía, denotaba que había vida. Me acerqué y terminé de abrir la puerta.
    
    Manuel estaba sentado en una de las camas y tenía en la boca la verga de Julio, chupándola toda entera, este permanecía con los pantalones en los tobillos y con una mano se subía la camisa mostrando el abdomen marcado y ...
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