Matilda, guerrero del espacio (capitulo 21)
Fecha: 01/11/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
Las lluvias se han adelantado en Numbar, y lo han hecho con una intensidad sorprendente. El terreno que rodea Ciudad Numbar se ha trasformado en un enorme barrizal, causado por el intenso ir y venir de las orugas y las ruedas blindadas de los medios acorazados. En los diez días que ya dura la batalla, las fuerzas federales controlan toda la franja ecuatorial y el hemisferio norte. En el sur, el general Burk, progresaba lentamente en su lucha contra el barro que atascaba las maquinas de guerra. En el Centro de Mando Avanzado (CMA), Ushlas duerme placidamente sobre su jergón militar, mientras Matilda dormita a duras penas a su lado, rodeadas de oficiales cansados. Unos duermen, otros comen algo, algunos intentan secarse la ropa después de regresar al CMA, y alguno, aislado y a cierta distancia, fuma, esa costumbre terráquea que Matilda detesta. Arta de dar vueltas, se sienta apoyando la espalda en la pared y mira a Ushlas, que acurrucada en el suelo, a su lado, ni se inmuta. La acaricia el hombro y una sonrisa aparece en su rostro. Ve moverse a su asistente junto a Ushlas: tampoco puede dormir. Entonces vio llegar a Nicci, su oficial de inteligencia en la Tharsis y en el CMA. Llegaba empapada, y después de quitarse el capote de agua, se sentó a su lado y abriéndose la guerrera, sacó una tableta electrónica y se la entregó. Antes de consultar los datos, Matilda la ayudó a quitarse la ropa mojada y le dio una toalla.
—¿La comandante Ushlas duerme? —susurró sorprendida la ...
... teniente Nicci.
—La comandante Ushlas es capaz de dormirse en el filo de una espada, —respondió con una sonrisa mientras volvía a acariciar su hombro.
—Pues la voy a decir que me enseñe a hacerlo: me duele todo, —comentó su asistente incorporándose un poco. Y las tres mujeres rieron.
—No estás acostumbrada a la humedad, —dijo Matilda y después de leer los datos, miró a Nicci y preguntó—. ¿Esto está confirmado?
—Si, según nuestras previsiones, tenemos una ventana de buen tiempo de 32 horas que comenzara en dieciocho.
Matilda se levantó e hizo una indicación a su asistente para que no la siguiera y continuara descansando. Se dirigió a una de las mesas de operaciones, se sentó en un taburete alto y activó un mapa sobre la mesa. Llevaba trabajando un rato, cuando su asistente apareció a su lado con una gran taza de café negro caliente. Matilda frunció el ceño y ella le dijo que no podía dormir.
—Por favor, avisa a Nicci.
Unos segundos después, estaba a su lado abrochándose la guerrera. Sin decir nada, esperó mientras Matilda escribía en una tableta.
—Para Hassard, es muy urgente, y espero respuesta, —dijo entregándola la tableta. Nicci la metió en un bolsillo interior, se colocó el capote de agua y el casco, y salio rápidamente del CMA sujetando su rifle de partículas.
Estuvo trabajando sobre el mapa más de dos horas, haciendo trazos y anotaciones, estudiando los datos proporcionados desde la orbita. En las condiciones actuales, intentar recorrer los 16 ...