Mari Carmen, una madre muy ardiente. 2
Fecha: 02/11/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues
... aquella polla enorme está hinchándose, moviéndose despacio pero certeramente de un lado a otro, como ansiando salir de su prisión y penetrarla de nuevo. Mari Carmen ahoga un gemido sofocado y se obliga a mirar a los ojos a su hijo. Éste, al escuchar las palabras de su madre se encuentra absorto mirándole las piernas. Le gustan las piernas de su madre, son bonitas, fuertes, bien formadas; y también le gustan sus pies, desnudos sobre las sandalias, unos pies en los que nunca se había fijado, pero que ahora le aparecen en todo su esplendor, con unos deditos finos y bellos que piden ser lamidos. Pablo nota que se está excitando. Intenta detener aquella fuerza animal que anida en su cuerpo y que amenaza con tomar el control de nuevo. Pero sus ojos suben, y se encuentran directamente con las tetas de su madre, débilmente escondidas tras la fina tela del traje de color chillón. Aquellas tetas grandes, con los pezones duros transparentándose a pesar de la tela que los cubre, hacen que el corazón le de un vuelco. Y una imagen de su madre desnuda , retozando con él en la cama, se adueña de su mente. Con gran esfuerzo la consigue eliminar, al menos , de momento. -Si, mamá…debemos…si, no podemos, claro…en fin, me voy arriba, a estudiar yo también…luego bajaré, cuando vayamos a cenar. -Si, claro. Hasta después, Pablo- contesta Mari Carmen, dándose la vuelta e iniciando su retirada hacia la cocina, retirada que es más bien una vergonzosa huida, pues sabe bien que si continúa allí un ...
... minuto más, no tardaría en echarse en brazos de su hijo Pablo también se va, pero antes de hacerlo, se queda mirando como su madre se dirige a la cocina. Y el intenso y sensual bamboleo de las nalgas de su madre, aquel hermoso culo casi a la vista a pesar de las bragas que lo cubren y de la tela del traje, hacen que Pablo sepa una cosa con total certeza: desea a su madre y su madre lo desea a él. Está seguro. Y también está seguro de otra cosa: volverá a follarse a su madre. Seguro. La luz del día es un recuerdo. La primera oscuridad invade la cocina, amplia y bien iluminada por buenas lámparas, una cocina con todos los lujos y detalles, dónde cualquiera se siente bien nada más entrar. Mari Carmen intenta, desde hace ya no sabe cuanto tiempo, olvidar y hacer la cena. Pero no puede concentrarse. La imagen de su hijo desnudo, sobre la cama, con su gran polla enhiesta, domina su mente. La mujer y madre está excitada. Nota duros sus pezones, nota el calor en su entrepierna. Gime ahogadamente, con las manos apoyadas en el fregadero. -Aaaahhh- jadea, con la boca abierta, los ojos casi cerrados, dejándose llevar, porque sabe que no puede combatir contra el deseo que domina su cuerpo. Deja que la imagen de su hijo totalmente desnudo domine su mente. Se concentra en la visualización de su polla, una polla grande y poderosa, una polla que la ha hecho gozar como no recuerda haber gozado nunca. Mari Carmen se sienta en una silla. Separa las piernas y se descalza con un golpe seco de sus pies. ...