1. Exquisita sorpresa con mi vecina


    Fecha: 16/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... vino. – me dijo cuándo de nuevo me incorporaba.
    
    Ya no tenía la voz de una niña, me hablaba una mujer y en dos años de no verle, parecía ser una mujer diferente. Micaela tenía 20 años y yo rondaba los 42. Hice la rutina de mis ejercicios clavado en la imaginación del culo de Micaela. Regularmente solamente hago 15 minutos de pesas, pero para evitar la tentación al estar cerca de ella, extendí mi rutina a 45 y después que estaba empapado en sudor fui a ducharme al baño de la piscina, el cual me ayudo, pues solamente es de agua fría y yo con el calor del ejercicio, mezclado con el calor de lo que me imaginaba haciendo con Micaela, ayudó a relajarme. Me tiré a la alberca y cuando salí, Micaela ya estaba en el jacuzzi. Ella sabía cuál era mi rutina, pues tan pronto salgo de la piscina siempre me voy al jacuzzi de agua caliente y enciendo los propulsores del agua para que relajen mis músculos. Tenía una sonrisa ambigua, no sé si picaresca o nerviosa, pero imaginaba que era producto de las tres copas de vino que me dijo ya había tomado. Siempre se sentó frente a mí, pero en esta ocasión ella tomó la vertical para sentarse a mi lado. Yo realmente me sentí incomodo, pues nunca la había tenido tan cerca de mí y me carcomía una inseguridad, con la posibilidad que sus padres llegasen a buscarla.
    
    - ¡Wow! Con razón te mantienes muy bien, esa rutina me parece durísima. – Lo dijo mientras con su mano me acariciaba en forma de masaje mis pectorales. Aquel toque me llegó como un ...
    ... torrente eléctrico a la punta de mi verga, haciéndome cosquillas en los huevos. Por un momento me siento como un jovenzuelo inseguro de nuevo pues, aunque he tenido muchas experiencias sexuales, esta es la primera vez que una chica de 20 años parece coquetearme, y no solamente eso, es la hijita de mis vecinos, la niña que conozco desde que tenía diez años.
    
    - ¡Te pusiste chino! – lo dijo con una coqueta sonrisa pues mi piel se erizaba con aquel sutil toque. Se levantó y Micaela salía del jacuzzi para luego sentarse a la orilla y atraparme con sus piernas la espalda. – No te muevas, te voy a dar un masaje. Sentí la yema de sus dedos retocando mi espalda, pero sentí una sensación exquisita cuando el calor de su entrepierna rozaba mis costados. Luego sentí ese calor hirviente de su vulva, y no sé si era yo el exagerado, pero estaba mucho más caliente que el agua del jacuzzi. Estaba tan concentrado en el masaje y el calor de su sexo, y de repente siento el calor de sus pezones que los rozaba en mi espalda. ¡Se había quitado su sostén!
    
    Quizá soy un poco ingenuo o simplemente fue que me aturdió la sorpresa, pero solamente fue hasta aquel momento que sentí sus pezones en mi espalda que supe que Micaela buscaba algo más.
    
    Por experiencia y por lo menos para mí se me hace incomodas las relaciones sexuales en el concreto de una piscina, pero más que todo por esa sensación que los padres de Micaela fueran a buscarla, la llevé hacia mi cuarto donde primeramente ella tomó el control. Me ...
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