Exquisita sorpresa con mi vecina
Fecha: 16/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... acosté en la cama y ella me dio un rico masaje con sus ricas tetas que estimé sus tamaños en un 34C, me dio una mamada profunda, que solamente por la suerte y mi experiencia de 42 años de esa época, no me hizo acabar en los primeros minutos. Micaela era literalmente una puta en la cama, se dio gusto de mamar mis huevos, de llenarme de besos negros. Yo quería comerme esas tetas, quería comerme su sexo, pasar mi lengua por la abertura de su culo, pero tuve que esperar media hora, pues ella se estaba dando gusto de hacerme lo que ella quería.
Cuando me tocó a mí, fui directo a sus tetas, me las comí, las saboreé, estaban ricas y sólidas. Con mis dedos ya había recorrido su vulva, estaba llena de miel, como una miel hirviente que derretía ansias. Apenas tenía un minuto de succionar su clítoris, cuando su primer orgasmo llego. Pensé que de ahí en adelante sería menos intenso, pero para mi sorpresa dos minutos después gimió con más ímpetu. Pude sentir que el segundo orgasmo había sido más intenso, rió, pues me decía que algunos de los dedos de sus pies se habían acalambrado. Aquello nos sacó del momento intenso, pero yo apenas llevaba menos de cinco minutos mamando su vulva y quería continuar, pues aquella vulva estaba exquisita, era pequeña y su clítoris resaltaba apenas abrió las piernas. Esta vez la pongo en cuatro, pero ella piensa que la voy a penetrar, pero yo me hinco al filo de la cama y sigo dándome gusto chupándole todo su ardiente sexo, hasta finalmente llegar a su ...
... exquisito culo. Succionándole el culo estaba, mientras mis dedos jugueteaban con su clítoris, cuando vino el tercero. Se dejó caer, y Micaela se movía como si estuviera poseída, parecía que algunos de sus músculos de sus piernas y espalda se contraían sin control alguno, parecía un ataque de epilepsia. Por un momento me sentí consternado, pero me emocionaba el placer que transmitían sus gemidos. A los dos minutos se había recuperado, me miró y me dio una sonrisa picaresca, como diciendo, quiero que me metas tu pija. Me dio otra mamada por un par de minutos, se puso en cuatro y ella misma dirigió mi verga hasta su ya más que mojada conchita. Fue una delicia ver desde ese ángulo su hermoso culo, ese culo que desde los diez años vengo viendo, pero ahora yo lo tengo desnudo y me la estoy clavando. No sé, de solo pensarlo se me vuelve a parar la verga. Apenas tres minutos de estarla bombeando cuando de nuevo siento la contracción de sus músculos en la vagina, estaba experimentando su cuarto orgasmo. Nuevamente tuvo esos espasmos musculares, pero yo seguí detrás de ella bombeando su concha y ella ya no gemía, era un grito de placer que hizo que me excitara y me viniera. Le llené su pequeña conchita y pude ver como mi semen salía de aquella diminuta y hermosa abertura.
Nos relajamos un poco y mientras yo salía por mas vino, ella entró al baño a ducharse. Pensé que la sesión había llegado a su final, pero me sorprendió con su pregunta: ¿Cuál es tu fantasía sexual? -Realmente no ...