1. Mis últimas experiencias con desconocidos


    Fecha: 06/11/2020, Categorías: Incesto Autor: Ana Del Veliz, Fuente: CuentoRelatos

    ... muchas ganas de tener sexo. Normalmente tengo cuidado, y cuando tengo relaciones con desconocidos trato de que sean personas que no me vuelvo a cruzar porque en esta sociedad de mierda, las mujeres que amamos el sexo somos consideradas putas. Pero cuando me pongo tan alzada soy incontrolable. Esa noche necesitaba una pija sí o sí.
    
    Pensé en llamar a Javier, o algún otro de los tantos tipos que tengo agendado, y que sé que me tienen ganas. En lugar de tomarme otro colectivo fui a la agencia de remis y pedí uno hasta mi casa. Quería llegar lo antes posible. Me masturbaría, y si todavía estaba calentita llamaría a uno de mis chongos. Por suerte había un auto disponible en ese mismo momento.
    
    β€” El Ford negro que está ahí afuera. β€” me indicó la recepcionista, y yo me dirigí a él.
    
    β€” Hola. β€” lo saludé al remisero.
    
    β€” Hola. β€” saludó él. Parecía haber quedado desconcertado por un momento. Seguramente le gustaba mucho lo que veía. β€” ¿querés sentarte adelante? β€” Me propuso.
    
    Se trataba de un cuarentón con algunas canas que le quedaban bastante bien. Los pequeños ojos eran verdes, y parecían sonreír. De físico era bastante imponente: una mole cuadrada que emanaba rudeza.
    
    En el trayecto no paraba de mirarme las piernas, y las tetas. Me sacó conversación, y yo le contestaba con cortesía. El hombre no tenía ni idea, pero si no decía alguna estupidez enorme, sería su noche de suerte.
    
    β€” Está insoportable hoy el día. β€” dijo.
    
    Le perdoné su falta de originalidad, porque casi ...
    ... todos eran iguales al principio de una conversación.
    
    β€” Sí. β€” le dije. β€” debe ser difícil para vos trabajar todo el día en la calle.
    
    β€” Uno se acostumbra. Tiene su lado bueno. ¿Venís de trabajar?
    
    β€” Sí, se me rompió el auto, tengo que tomarme como tres transportes diferentes para llegar. No doy más.
    
    β€” ¿Y para cuándo tenés con el auto?
    
    β€”Mínimo una semana me dijo el mecánico. β€” contesté.
    
    β€” Pobrecita. β€” dijo. β€” ahora te voy a dar mi número para que me llames directamente a mi cuando necesites un auto.
    
    Qué rápido entregan sus números telefónicos los hombres, pensé yo.
    
    β€” ¿Me vas a hacer descuento? β€” dije, riendo. Descrucé mis piernas y el perdió su mirada en ellas, hasta que las volví a cruzar.
    
    β€” Puede ser. Si me llamás todos los días quizá te haga una promoción.
    
    β€” ¿y esa promoción se la hacés a todos tus clientes o sólo a las que les mirás las piernas?
    
    β€” Se las hago a las de lindas piernas, y bellas sonrisas, como vos. β€” dijo el remisero galantemente.
    
    β€” Entonces yo quiero doble descuento. Por mis piernas y mi sonrisa. β€” dije riendo.
    
    β€” Si fuese por mí, a una diosa como vos la llevaría a todos lados gratis. Pero tengo que darle un porcentaje a la agencia viste.
    
    β€” y además me imagino que le tenés que llevar la plata a tu señora esposa. β€” dije, señalado con la mirada a su anillo matrimonial, con cierta malicia.
    
    Él se puso levemente colorado.
    
    β€” Que esté casado no quiere decir que me haya convertido en cura.
    
    Estábamos llegando a mi casa. ...
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