Mi madre me consiente
Fecha: 18/10/2017,
Categorías:
No Consentido
Autor: Xavir, Fuente: CuentoRelatos
... rizados y oscuros, y la tenue línea que divide sus nalgas, dejando libre el olor cálido de su humedad sintiendo como se excitaba más y más, hasta un punto sin regreso. La imaginaba mientras tanto, entre gemidos (creo que eso hacía más excitante la fantasía) pidiéndome que parara, que eso estaba mal, que esas cosas no debían pasar entre madre e hijo, la podía ver con sus ojos cerrados, suspirando que me quería, ahogando sus alegatos en un beso de su boca por mi cuello hasta mis hombros mientras empezaba a acariciar el bulto de mi pene hinchado de sangre. También solía tomar una de sus pantis (en una época, su ropa íntima se volvió para mí una especie de fetiche, como se habrán dado cuenta) del cesto de ropa sucia y la besaba, la olía, la mordía; la enrollaba en mi verga, sintiendo casi vívidamente como sus labios la abrazaban, como la devoraba ansiosa, envolviéndome el glande con la lengua; otras veces podía imaginar la vibrante presión de su anito estrecho en ella; o la humedad del interior de su vagina; terminaba siempre dejando que mi semen se derramara sobre las prendas; no sé, creo que de esa manera podía poseerla, aunque fuera en sueños.
Pasó el tiempo, y pronto las fantasías se hicieron más lejanas, menos reales; llegó un momento que las creí que las calenturas por mi madre habían desaparecido. Todo aquello que en alguna ocasión soñé para ella, lo fui realizando con muchas (y no es por ser jactancioso) chicas en los años siguientes; aunque inevitablemente, había ...
... veces que viendo a mi mamá, no podía evitar volver a soñarla, sintiendo esa excitación que pocas veces he llegado a sentir.
En diciembre pasado, justo cuando salí de vacaciones, me sorprendió con la noticia de que había pedido una semana libre en su trabajo y que había rentado una casa en la playa. Yo, y dada la atracción que me provocaba, había procurado desde siempre evitar salir con ella de vacaciones (y más a la playa) así que siempre buscaba escaparme con mis amigos o con mis primos; pero esta vez no hubo manera; todos mis amigos salieron o estaban ocupados. Ella por su parte, y dada mi actitud, se iba de vacaciones con mi tía y sus hijas, pero en esta ocasión quería ir conmigo. Yo me negué claro, pero empezó con eso de que eran probablemente las últimas vacaciones que teníamos para estar juntos, y que ya nos quedaba poco tiempo como familia, que yo me iba a ir, en fin; cosas de madre; acabé aceptando.
Los primeros cuatro días de las vacaciones estuve prácticamente ausente. Me iba solo a la playa muy temprano; regresaba solo para que comiéramos, y me salía desde eso de las seis de la tarde a algún antro a tomar algo, a hacer amigos, a ligar; el caso es que estuve completamente ausente.
El penúltimo día, me desperté a eso de las doce del día después de una mega borrachera, crudísimo, mareado, con nauseas; y casi por instinto me dirigí por el pasillo rumbo a la cocina. Pasé frente a la puerta de la recámara de mi mamá y no pude encontrarla, ya se había levantado. Me ...