La primera vez
Fecha: 17/11/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hace 200 mil años un cazador recorría un sendero en algún lugar de África, valiéndose de su poderosa lanza en busca de algún alimento para sacia su apetito, cuando realizaría un descubrimiento que iniciaría una tradición que por milenios sus sucesores seguirían hasta hoy ese mismo ritual...
...Sigiloso con vista aguda y agilidad de una fiera, agazapado entre los arbustos desliza su cuerpo entre la maleza hasta un claro que se abre antes del cause de agua, alcanza a ver una presa la cual es algo distinta a otros animales a los que había casado anteriormente. Con todos sus sentidos puestos sobre esa presa se esconde para observarla detenidamente mientras mantiene prudente distancia.
Su presa es de tamaño y forma similar a la de él, esta se encuentra dentro del cause de agua, la cual le cubre hasta la mitad del cuerpo. Por sobre el agua asoma parte de la figura de su presa, su contorno es realmente llamativo para el cazador y siente al observarla un calor que no se logra explicar.
Su presa dobla su cuerpo y moja su cabellera, la que llega hasta la cintura, y se endereza rápidamente describiendo un arco con su cabellera, la que va despidiendo agua formando un semicírculo por sobre ella, cuando su cuerpo queda apenas arqueado hacia atrás, el cazador puede distinguir dos curvas que brotan del frente de su cuerpo. Las mismas son redondeadas desde abajo hacia arriba, para terminar algo rectas en su parte superior y justo en el punto donde el arco de sus curvas se endereza ...
... estas tienen otra protuberancia muy salida, rectas y muy firmes, un poco mas oscuras que el resto de su base.
Ella en ocasiones levanta agua y la lleva sobre esas curvas las que acaricia con cierta pasión y con círculos muy suaves.
El cazador siente al ver aquella imagen que una parte de su cuerpo se pone realmente dura y de a poco adquiere mayor tamaño, nunca había experimentado semejante sensación, sin poder contenerse larga su lanza de casería y lleva su mano a su propia lanza y sin pensarlo con una reacción espontánea comienza a menear su propia protuberancia de arriba abajo, mientras observa el cuadro que ante el se presenta, pocos segundos después deja escapar un alarido salvaje, que retumba en el fondo del cañadon que forma el rió, mientras un liquido blanco brota de su interior.
La presa que escucha aquel grito, corre de inmediato al costado del rió justo detrás de una piedras para esconderse de aquello que realmente la aterroriza.
Mientras observa que un animal que camina erguido se le acerca a paso muy firme, ella tiembla llena de pánico y se enrosca tomando sus piernas para reducir su tamaño e intentar esconderse entre esas piedras de quien se le acerca. El cazador toma del brazo a su presa con mucha violencia y la levanta sin que esta pueda resistirse ante semejante fuerza, pero al sentir esa piel delicada y suave, con un perfume a flores como nunca antes había sentido el cazador de repente cambia su actitud y comienza a explorar todas las formas de ...