Conociendo a mi tía más íntimamente
Fecha: 19/11/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
Cuando cumplí los 18 años, mis padres y yo fuimos a ver a mi tía, a la que hacía años que no veíamos. Esta, acababa de divorciarse y ya en su nuevo piso, quiso darnos una fiesta. Quería celebrar que por fin estaba libre del capullo de su ex-marido, que le había dado una vida de disgustos, y maltrato también. Yo no quería ir y le preguntaba a mi madre, que porque después de tanto tiempo sin verla, ahora le había entrado la prisa por quedar con nosotros.
-Pues porque ha tenido sus problemas en su matrimonio. Ya eres mayor para saberlo, y además es que tu tía también es tu madrina, me dijo mi madre.
-Ya, ¿y por eso le entran las prisas ahora?
-Anda no seas quejica y disfruta. Vamos a pasarlo bien.
Llegamos mis padres y yo a la casa de mi tía. Era un bonito piso en el centro, grande para ella sola, pero no era yo el que pagaba, así que me daba igual. Tras las presentaciones, nos sentamos en el salón, amplio y espacioso, a tomar algo y charlar. Esperábamos a mis primos, que todavía no habían llegado.
-Bueno, me dijo, veo que eres un jovencito muy guapo.
Yo me puse colorado y solo me salió un: gracias.
-Y todavía recuerdo cuando eras un bebé y te di un tiempo de mamar.
Me puse aún más colorado y me hundí en el sofá. Al parecer mi madre estuvo mala después de nacer yo y como mi primo Alfredo nació casi a la vez, mi tía me había dado el pecho. Pero ¿por qué tenía que sacarlo ahora, después de tantos años?
Cuando llegaron mis primos nos presentó mi tía. ...
... Eran Alfredo y Mónica. Tenía un vago recuerdo de ellos, ya que aunque teníamos la misma edad, solo nos habíamos visto cuando éramos muy pequeños. Nos pusimos a comer y beber, mientras ellos hablaban de cosas triviales. Yo no tenía confianza con mis primos, pues apenas nos conocíamos y me dediqué a observarles en silencio.
Más tarde mi tía puso música y nos pusimos a bailar. Para entonces mis padres y mi tía estaban un poco pedo. Yo no bebía alcohol y parecía que mis primos tampoco. Bailamos de todo. Rock, pop, hip hop, ritmos latinos. Al final de la noche, mi tía puso música lenta. Mis padres bailaron juntos y mis primos también. Así que no me quedó otra que bailar con mi tía. Ella se agarraba fuerte y yo la cogí de la cadera como me había dicho. Cuando acabó la canción nos separamos. Se acercó de nuevo a la cadena y puso el “You can leave you hat on” de Joe Cocker. Para entonces mis primos y mis padres se habían sentado. Solo quedamos en pie mi tía y yo, y ella bailó sensualmente como Kim Basinger en la película.
Después del baile, estábamos cansados, aunque yo no hubiese bailado esa vez y nos unimos a mis padres y primos en el sofá. Un rato más tarde, mis primos se fueron y nosotros nos quedamos a ayuda a mi tía a recoger todo. Yo estaba dejando unos platos en el fregadero y al girarme, me choqué de frente con mi tía. Toqué su entrepierna con la mía al chocarme.
-Uy perdona tía, me disculpé.
-No pasa nada sobrino.
Me dispuse a irme y ella me dijo:
-Todavía ...