1. Luis, Jacobo y un verano 18 Visitas nocturnas a la cama de Julio


    Fecha: 18/10/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... hacía a propósito ya que era mucho apretar. -Estas en tensión Luis y tienes que relajarte. Si quieres le digo a Iván para que te de un masaje. –Iván era el profesor y su jefe, de unos cuarenta años que debía haber bailado mucho, tenía una gran musculatura y las bailarinas parecían plumas en sus manos, no era nada guapo, impresionante su cuerpo, de cara alargada y escaso pelo muy corto lo que le quedaba. -No es necesario, son las clases del colegio que me estresan. –colocó sus manos en mi cuello y comenzó a hacer presión, se sentía delicioso notar como los músculos se iban soltado, luego pasó a los hombros, todo esto lo hacía en el salón mientras los demás practicaban. -Algún día deberías hablar con Iván, te vendría muy bien que te tratara un poco. –su tono me pareció un poco raro y me aparté. -Creo que estoy mejor. –me acompañó unos minutos más y luego me dejó solo para que hiciera mis ejercicios de barra. En el viaje a casa recordaba las manos de Asaf en mi cuello, aquello resultaba una caricias más que un masaje aunque me relajara, y sobre todo en los roces de su paquete en mi culo. Serían imaginaciones mías pero presentía que me estaba proponiendo algo. Sin acabar mis deberes salí al pasillo, en pijama y llegué hasta la habitación de Julio, nunca cerraba su puerta, la tenía siempre entornada, en cierta manera la única que subía por aquí era Carmen para realizar la limpieza y recoger la ropa sucia, algunas veces mamá para inspeccionar, ahora subía más para ver como ...
    ... estábamos y si necesitábamos alguna cosa. Estaba sentado en su gran escritorio, mirando la pantalla de su ordenador en su lateral izquierdo, mordiendo un lapicero, varios libros abiertos y cuadernos, la mochila en el suelo a su lado, estaba como ausente y en otro lugar. Llegué hasta él sin que se diera cuenta y cuando apoyé mis manos en sus hombros se percató de que me tenía allí. No me habló, solo inclinó la cabeza para atrapar mi mano entre su mejilla y su hombro. -¿Te pasa algo Julio? -volvió la vista a la pantalla que reproducía un salvapantallas pasando fotografías, de la hacienda, de sus tíos, del pueblo y sus amigos. Sin que lo dijera me di cuenta de que los echaba de menos. Me incliné para rozar su pelo con mis labios, ya le había crecido, no lo tenía tan corto como en el verano, y necesitaba un arreglo. Me tendí en su cama y le observaba desde allí, Poco a poco fue recogiendo lo que tenía en la mesa y metiéndolo en su mochila, al final apagó la pantalla del ordenador, la última imagen que pude ver era de la chica de las largas piernas, aún no sabía su nombre, no se lo había preguntado a Bruno ni a él. Llegó hasta la cama y se detuvo a mirarme, estaba tendido sobre el edredón, con mi ligero pijama de tela de pantalón corto y chaqueta cerrada. -Vas a coger frío tápate. –corrió el edredón y la sábana y se metió debajo tapándose hasta los sobacos, luego me miró esperando que le imitara, me deslicé y me coloqué a su lado, Nos miramos el uno al otro, intentaba sonreírme y se le ...
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