1. Soy una puta, y me gusta


    Fecha: 30/11/2020, Categorías: Primera Vez Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... nalgas le proveían a su verga. -Qué guapa te ves hoy, Candy- me dijo abrazándome más fuerte por la cintura y deteniendo nuestra caminata antes de salir del patio de la casa. -¿Ah, sí? ¿Te gusta cómo me queda el vestido? pues déjame decirte que lo escogí para ti, para que te gustara más tu novia-. Le respondí y paré aún más el culo frente a él.
    
    -Es que, con esa faldita, de verdad se antojan tus piernas.
    
    -¿Como para qué se te antojan? le respondí, mientras rompía nuestro abrazo y guiaba una de sus manos al frente de mi muslo en el borde de mi diminuta falda y la llevé despacio hacia atrás de mi pierna, en una caricia que terminó con los dedos de Ricardo sintiendo cómo mi tanga se encajaba entre mis nalgas y mi mano sobando despacito la punta de su miembro sobre el pantalón.
    
    -Se me antojan como para lamerlas o para abrirlas y meterte aquí eso que estás acariciando tan rico-. Dicho eso, su otra mano, que había permanecido en mi cintura, se introdujo fácilmente bajo mi falda y se colocó sobre la tela de mi tanga que cubría mi vagina. Luego sentí cómo Ricardo empezaba a besarme en el hombro que mi escotado vestido dejaba desnudo y empezó a subir con su boca hasta mi oreja, y me preguntó -¿Ya lo has hecho antes, Candy?- Y yo haciéndome la que no entendía, continuando la caricia sobre su pene cada vez más erecto, pensaba a toda velocidad en las posibles consecuencias de responder afirmativamente a su pregunta y decidiendo que mi respuesta dependería de la que él me diera a ...
    ... la misma pregunta -Primero dime si ya has cogido con alguien, y te digo-. La mano que él tenía sobre mi panocha subió hasta ponerse en mi cintura y empujó mi cuerpo aún más hacia el de Ricardo. -No, no lo he hecho, y quiero hacerlo contigo, de verdad, ya no aguanto-. Sopesé la sinceridad de su respuesta y me convencí que lo mejor sería mentirle y decirle que yo tampoco había tenido sexo. -Bueno, ven- Dijo Ricardo, separándose de mí y llevándome de la mano al hueco de unas escaleras que había en la fachada lateral de la casa de mi tío, luego, dándome media vuelta, me hizo recargar la espalda en la pared para después abrazarme frente a frente y empezar a besarme en el cuello mientras mis manos se hundían en su melena para sujetar con fuerza unos mechones y disfrutar de lo que la boca de Ricardo había comenzado a hacerme.
    
    Subió su boca por mi cuello hasta mi cara y encontrar mis labios, que ansiosos por sentir la humedad de sus besos, se abrían dejando entrar libremente la lengua de mi novio a juguetear con la mía. A medio beso, Ricardo había empezado a acariciar mis senos, primero sin apartar las copas de tela que cubrían la base de mis tetas, luego, notando que el diseño del vestido era favorable a su tarea, bajó la tela de mi escote dejando mi busto todo descubierto. En respuesta a la excitación de tener sus manos sobre mis senos desnudos, mis manos se movieron de su cabeza hacia el frente de su cuerpo y desabroché su pantalón, que calló hasta sus tobillos. Luego, le bajé ...
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