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Soy una puta, y me gusta
Fecha: 30/11/2020, Categorías: Primera Vez Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... el bóxer dejando libre una suculenta verga ligeramente más corta, pero notablemente más ancha que la de mi hermano. Continuamos besándonos con las bocas muy abiertas y quise compartirle la experiencia de sentir mis gemidos en su boca, así que dejé de guardar silencio y permití que mis sonidos le hicieran saber lo húmeda que ya estaba mi vagina. Ricardo acercó su pelvis a la mía y luego metió sus manos bajo mi diminuta falda y bajó mi tanga hasta quedar tensa a la altura de mis rodillas. -Es que me está empezando a bajar- Le mentí para justificar la toalla femenina que vio en mi tanga y que presentaba algunas pocas gotitas de sangre, fruto de mi himen recientemente roto. -No me importa, si a ti no te importa- Me respondió Ricardo mientras acariciaba la superficie depilada de mi vulva con sus dedos y le contesté. -Entonces hazlo, mi amor, penétrame- y me agaché para quitarme por completo mi tanga y apreciando de cerca la dura polla de mi novio levantada con firmeza frente a mí. La sujeté y terminé de incorporarme de frente a Ricardo, le pedí que se pusiera el condón, y mintiendo, le dije estaba lista para ser penetrada por primera vez. Él, obediente, tomó un condón del bolsillo de su pantalón caído y abrió la envoltura y se lo puso; terminé de ayudarle con la tarea y sujeté su verga tiesa y enfundada en el condón comenzando a frotar el glande contra mi clítoris mientras Ricardo había puesto de nuevo sus manos en mis tetas y sus dedos jugaban con mis endurecidos pezones. ...
... Le pedí que se lo pusiera porque en parte sentía culpa por Ricardo, porque estaba por penetrarme creyéndome virgen, cuando en realidad acababa de recibir un delicioso baño de lechita tibia en mi cavidad, cortesía de mi hermano. Ricardo me tomó la cara con ambas manos, levantándola y acercando su rostro al mío para luego meter su lengua en mi boca, yo gustosa chupé y succioné su lengua rodeándola con mis labios al tiempo que inclinaba mi pelvis hacia mi amante y con mi mano izquierda abría los labios interiores de mi coño y con la derecha me introducía muy despacito el falo de Ricardo. Pensé en la sensación que había encantado tanto a mi hermano hacía un rato, de tener mi himen tenso antes de romperlo rodeando la punta de su glande y pensé en compensar a Ricardo la ausencia de esa sensación apretando lo más que pudiera las paredes de mi cavidad, dejando mi vagina muy apretadita para recibir la primera embestida que me daría con su miembro. Mi novio me tomó de las nalgas y acercó mi cadera a la suya, que al mismo tiempo empujó fuerte para penetrarme, yo solté su verga y me tomé del cuello de Ricardo para mantener el equilibrio y comencé a lamer su cara y su boca en frenéticos movimientos, gimiendo como la puta caliente que fui esa noche. -Me duele, mi amor, cógeme despacito-. Le supliqué entre lamida y lamida con una voz de quejidito, mientras sentía cómo el glande de mi novio se abría paso como un ariete aún en contra de la tensión de los músculos de mi vientre estrechando ...