Para todas ellas
Fecha: 30/11/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos
... instantáneas. Ahí están ya rodeándolo en contemplación extasiada, al tiempo que él agitadamente se arrolla como queriendo minimizar la evidencia de su desnudez, mirándolas a todas que no despegan de él, sus miradas.
Una y otra carcajada suspicazmente en algunas estalla, mientras en las demás las risas son una constante, y luego de algunos segundos donde las palabras aún no brotan, lo contemplan en estudioso análisis.
Por fin, una de ellas le habla:
—Sos de por aquí? ¿Venís a caminar desnudo?
Él, mordiéndose los labios y mirándolas en actitud tan nerviosa como temeroso, no responde, aunque las mira con suplicante mirada de compasión que ellas entienden y más risas aún les hace brotar. Las preguntas, prosiguen:
—¿Cómo te llamás?
El joven, aún sin responder y ahí contra un árbol acurrucado, continuaba mirándolas y ahora esbozaba algún intento de sonrisa como suplicando la compasión de todas, y ellas, mujeres y dueñas de ese femenino carácter de natural compasión hacia el varón, en medio de la lujuria que maliciosamente ya las siete estaban dispuestas a adelante llevar, comienzan a manejar con él, la más tranquilizante manera de no asustarlo primero, para enseguida, pasar al siguiente paso de saber ganarse de él, la confianza y la amistad.
Con femenina inteligencia y una muy pulida manera psicológica -con la aditiva ventaja de ser además estudiantes de psicología todas ellas- comienzan a desarrollar allí, ante él, la más convincente plática que les ...
... permite romperle esa protectora barrera que él había interpuesto para defenderse, logrando en cosa de segundos, calmarlo y convencerlo de lo que estaba ahí él haciendo, no debía ser motivo para su sentido de culpabilidad ni menos aún a ellas temerles...
Fueron precisas palabras tan bien moduladas como convincentes, las que supieron ellas manejar para poder con extraordinaria rapidez, comenzar a "domar" al varón aquél.
También ellas, comprendiendo la necesidad de aquello, supieron muy inteligentemente "suspender" las "verdaderas" pasiones que al descubrirlo sintieron, para saber manejar lo que necesitaban, y así conseguir de él, "lo que en verdad deseaban".
Astutas e inteligentes además, ellas no desechaban lo excitantemente provocativo de sus feminidades, para dosificarlas en medidas acertadamente correctas en la comunicación aquélla donde él, no perdía detalles de sus fisonomías estéticas tan estupendas como provocativas a grado sumo. Su excitación... no mermaba. Pero acurrucado siempre y no deseando exponer su viril erección desmesuradamente despampanante, no quería salir de aquella postura que era ahora "el siguiente trabajo de ellas por conseguir".
—No tengas vergüenza de ti ni tu desnudez, que es, además, un hermoso atributo natural que debemos sentir los humanos orgullo por tenerlo, y no esa perniciosa moralina vergonzosa que nos quieren imponer quienes mal opinan al respecto. —Entre otras cosas le decían, en una entonación y "seriedad" tan profesional como ...