1. LA CASA DE LAS PERVERSIONES 4


    Fecha: 03/12/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... parecer otro de los puntos sensibles de Teresa, porque al sólo contacto con mis dedos una vez su cuerpo se contraía como si fuera víctima de la mayor excitación que podía sentir una mujer. Déjame chuparte las tetas – dije como si en ello se me fuera la vida. Teresa me dio vía libre, ella misma se desabrocho el brasier para dejar escapar sus pechos. Eran tan grandes como los de Yadira mi cuñada, pero estos aparentemente tenían menos uso. Por un segundo paso por mi mente ¿Quién más se habrá cogido a Teresa?. Porque a pesar de tener 13 años al menos hasta hoy no había puesto ningún impedimento en lo que hacíamos. No era virgen, aunque su chocho también parecía de poco uso, gordo y apenas con vello, jugoso y de labios vaginales gruesos. Bendito manjar el que me servía la vida. Creo que inconscientemente le di gracias a mi novia Ester por haberse ido a visitar a sus abuelos. Fueron largos minutos los que disfrute chupando aquellos pechos, se los apretaba sin llegar a lastimarla. Con la punta de mi lengua jugueteaba con su pezón y ya mi mano abiertamente le daba dedo a aquel chocho que parecÍa ansioso de pasar a ser protagonista. Teresa aunque con una mano se sostenía para no irse de espaldas sobre la tapadera del pozo, con la otra me había desabrochado los pantalones logrando sacar aquel pedazo de carne que sus dedos no alcanzaban a rodear en toda la extensión. Jugueteaba con mis bolas, las apretaba hasta hacerme sentir un gusto que pocas veces había sentido. Parecía como si ...
    ... aquella chiquilla o sabía mucho de sexo o estaba viviendo al máximo aquel encuentro con alguien que supuestamente había follado más que ella. De seguro hasta sabía que Yadira y yo aunque éramos cuñados también teníamos sexo, talvez incluso supiera que hacía una semana me había cogido a mi otra cuñadita, a Andrea, quien por cierto tenía 12 pero era más desarrollada que ella. Ignoraba que pudiera saber, pero que importaba. Lo verdaderamente importante es que hoy se iban a tragar 17 cm y medio de verga. Le saque los calzones y como un acto de caballerosidad los guarde en el bolsillo de mis pantalones. La despatarre y antes de penetrarla quise chuparle la panocha. Recostada sobre la tapadera de cemento y con la piernas en V me engolosine con aquella vulva que se me hacía exquisita. Sendos gemidos de Teresa me decían que no sólo yo lo disfrutaba. En las sombras pude verla sobándose las tetas y supe que era el tiempo indicado, el momento perfecto. Deje de chuparle el chocho y dejando caer mis pantalones con todo y calzoncillos a los talones me dispuse a penetrarla. Parado entre sus piernas sabía que su entrada estaba a centímetros y digo sabía porque la oscuridad era tal que aún acostumbrados por haber estado tanto tiempo escasamente podíamos vernos a cabalidad. Sostenido al borde del brocal me incline hacia ella, la punta de mi verga jugueteando en su entrada, sus piernas ligeramente sobre mis brazos. Sabía que era cuestión de empujar y que de una vez se le fuera hasta adentro, pero su ...
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