1. CAMPAMENTO – PARTE 7


    Fecha: 05/12/2020, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... alguien conocido. ―Hola culoncito ―escuché una voz familiar a mis espaldas y de inmediato me volví. ―Ángel ―suspiré sorprendido y algo asustado. Su presencia aún me intimidaba. ―¿Qué haces por aquí tan solito? Su mirada intensa y la lujuria en sus ojos me pusieron nervioso de inmediato. ―Voy a visitar a mi novio ―dije de frente, intentado desanimarlo de intentar cualquier cosa. ―Ósea que esas nalguitas ya tienen dueño ―suspiró y se acercó un par de pasos hacia mí. ―Sí ―contesté firme. ―Parece que me quedaré con las ganas de comerme ese culito tuyo de nuevo… es una lástima, sé que te hubiera encantado recibir mi verga. ―Sí, es una pena ―contesté sarcásticamente. ―Tendré que conformarme con el potón de tu amigo, a quien apropósito me voy a tirar en un rato. ―Bien por ustedes ―dije, sin ganas, tratando de mostrarle lo poco que me importaba―. Bueno nos vemos entonces ―me despedí y sin esperar respuesta continué mi camino, mirando hacia atrás cada dos minutos para asegurarme de que no me estaba siguiendo. Apenas llegué al departamento de Raúl, me di un baño y, desnudo como salí de la ducha, me puse un mandil de cocina y empecé a preparar el almuerzo para mi novio, siguiendo al pie de la letra lo que decía el libro de recetas que había tomado prestado de mi casa. Casi una hora después, y con el almuerzo casi listo, Raúl regresó a casa. ―Hola precioso ―dijo con una sonrisa al verme de pie en su cocina, dando vuelta a las ollas. ―Hola amor ―contesté agitado, sin quitarle la vista de ...
    ... encima a la olla que estaba cuidando. Raúl dejó sus cosas sobre el mueble y luego caminó hacia mí, abrazándome por la espalda. ―No hay nada mejor que regresar a casa y encontrarme con esas nalguitas desnudas, esperando por mí ―susurró en mi oído y luego me dio una sonora nalgada. ―Si quieres puedo esperarte así todos los días ―contesté, mirándolo pícaramente sin soltar la olla ni darme vuelta. Entonces Raúl empezó a besarme el cuello y a recorrer mi cuerpo desnudo con sus manos grandes, provocando que mi piel empezara a arder de deseo. Sin dejar de besarme, Raúl se desabrochó el pantalón y luego lo escuché caer al suelo. Entonces su enorme pene duro y caliente empezó a recorrer mi espalda y mis nalgas, provocativamente. ―¿Raulito quiere jugar? ―pregunté, moviendo mis caderas hacia atrás para poder sentirlo mejor. ―Deja lo olla ―me ordenó y pude escuchar en su voz la excitación. Entonces con ambas manos separó mis piernas y empezó a sobar su pene en mi culo, mojándome con sus líquidos. Luego con su mano hurgó entre mis nalgas hasta llegar a mi ano, haciéndome suspirar de emoción. ―Quiero meterla aquí mismo ―suspiró y luego con una mano me inclinó contra la mesa de la cocina y se agachó hasta quedar a la altura de mi culo. Raúl era increíble con su lengua y sus labios. En solo un minuto mi ano estuvo completamente húmedo y listo para recibir su enorme pieza. ―Despacio… ―le supliqué mientras me aferraba a la mesa, tratando de acomodarme lo mejor posible. Entonces Raúl colocó su ...
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