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CAMPAMENTO – PARTE 7
Fecha: 05/12/2020, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues
... respuesta Aquella noche no pude dormir bien. El cargo de consciencia me mantuvo despierto hasta muy tarde ¿Por qué preferí a Cristian? ¿Por qué no podía olvidarlo? Raúl no se merecía eso, después de lo bueno que había sido conmigo. Debía ser fuerte y decidirme de una vez por todas a dejar atrás todo lo que tenía que ver con Cristian, debía olvidarlo y concentrarme en lo que tenía conmigo, antes de que lo perdiera por tonto. Al día siguiente hice todo lo posible por evitar cruzarme con Cristian en el colegio, ya que no quería ni siquiera mirarle la cara después de lo que me había hecho pasar la noche anterior. Gracias a él ahora Raúl estaba molesto conmigo. ―Adrián ―llamó Jordán desde la puerta, alzando su mano con desesperación. ―¿Qué sucede? ―pregunté al verlo jadeando y con el rostro rojo. ―Te estuve buscando por todas partes… Tienes que ver esto ―dijo y luego sacó su teléfono y lo extendió hacia mí. Mis ojos se abrieron grandes cuando vi la foto que estaba en su cel. ―Eres tú, ¿verdad? ―preguntó alterado. ¡No podía creerlo! ¡Era una foto de mis nalgas! ¡Una de las fotos que le mandé a Cristian el día de nuestra primera cita! ¿Cómo había llegado a manos de Jordán? ―¿Cómo sabes que soy yo? No se ve el rostro ―dije, tratando de no delatarme. ―Oh vamos ―contestó él―, recuerda que ya he visto tu culo antes… el cepillo… ¿recuerdas? Mi rostro se puso rojo al recordar aquel vergonzoso incidente. ―¿Cómo es que la tienes? ―pregunté, ignorando su comentario. ―No sólo la tengo yo ...
... ―dijo y mis ojos se abrieron grandes―. La tienen todos en el salón. Hace rato nos llegó un mensaje de texto con la foto que decía “¿Saben quién es este maricón?” Mi estómago se revolvió al escuchar la frase ya que sabía perfectamente quien la había mandado. Con los ojos rojos por contener las lágrimas, salí corriendo del lugar, lleno de ira, en busca del responsable de aquella humillación. ―¡Eres un maldito! ―exclamé apenas vi a Cristian, y luego, cegado por la cólera, le lancé un puñetazo al rostro que lo tumbó al suelo. ―¿Qué sucede? ―preguntó poniendo cara de inocencia. Sin decir una sola palabra le extendí el teléfono para que viera la foto. Su rostro se descompuso de inmediato. ―Adrián… yo ―dijo y luego se quedó callado. ―¡Eres despreciable! Como viste que estaba feliz con alguien más quisiste vengarte mandando esa foto a todos en el salón. ¡No puedo creer lo bajo que caíste! Sin poder aguantar más su presencia, me di media vuelta y me alejé de él, ante la mirada atónita de algunos de nuestros compañeros. A penas me vi libre del colegio, tomé un taxi y fui al departamento de Raúl. ―Hola ―dije cuando contestó en el comunicador. ―Hola ―contestó y luego se quedó callado. ―¿Puedo pasar? ―Claro ―dijo luego de un momento y la puerta se abrió. Más nervioso que nunca, me paré frente su puerta, acariciando en mi bolsillo la llave que me había dado, pensando si debía usarla o no. Entonces Raúl abrió la puerta. ―Hola ―dije y lo miré en silencio, sin atreverme a entrar ―. Lo lamento. ...