Jesús, el mejor tragador. - Relatos Eróticos

Jesús, el mejor tragador.

Ya Adrián me había contando como era estar con Jesús, me había creado cierto morbo, puesto que ellos hace mucho tiempo estuvieron de novios. Me había adelantado que Jesús comía la verga como nadie, cosa que no le di en ese momento mucha importancia. Jesús empezaba a gustarme mucho, era bajito con cara de angelito, estilo Punk-Rock desaliñado, cuerpo delgado pero con buena forma, tes blanca, cabellos y ojos oscuros, velludito y claro que muy buenas nalgas, mi deleite; Por su estilo siempre estaba en converse, ropa vistosa, pulceras grandes, collares, gorros o pasa montañas, piercing en labio y ceja, Unos labios bastante llamativos y mirada profunda. Todos tenían que verlo, que admirarlo y aunque generaba cierta envidia por su físico, muchos lo querían y estimaban como amigo. Siempre estaba en los grupos más problemáticos, donde fuman mucha marihuana, beben alcohol a toda hora, escuchan Rock a todo volumen, se creen que el mundo "Los Odia" y realmente no hacen mucho por su vida. Yo, todo lo opuesto, aunque siempre iba a lugares en común, sólo fumaba unos cigarrillos con alguno que otro amigo(s) en el Skate Park, muy poco salía a fiestas y discos, casi no amanecía, soló tomaba cervezas muy casualmente, y siempre vi a Jesús y su grupo como "Raros" y no por su forma de vestir o sus gustos, sino porque se la pasaban siempre drogados y metiéndose en líos. Me considero bastante atractivo, rubio, alto, buen cuerpo, envidiable de adelante y de atrás, ojos y cabello claro, mi estilo ...

... bastante normalito, digamos que el prototipo de chico de 20 años, en ese entonces, pantalones de moda, zapatos y franela llamativos, también generaba envidia, pero porque pensaban que era muy creído, hasta que me conocían. Digamos que siempre me topaba con Jesús y en varías ocasiones nos habían presentado, me llamaba mucho la atención/digamos que ya me gustaba, pero ese día en especial que estaba esperando a una amiga para charlas y fumar cigarrillos un rato, la veo llegar acompañada de él, parecían conocerse de toda la vida, nos presenta como por quinta vez, a lo que ambos sólo reímos y declinamos al nombre, sólo nos saludamos, como si ya hubiesemos generado plática en alguna otra ocasión; la verdad me incomodaba él, es que era tan contrario a mí que me gustaba verle sus bellas fracciones y su sonrisa, me sentía nervioso cada que se dirigía a mí, parecía un Cullen en la escena que entran al de colegio y la brisa le pega del rostro mientras sus cabellos revolotean en cámara lenta. Yo parecía Bella cuando lo observaba, él se creía el más buenote haciéndome pensar que yo le era indiferente, y eso me producía malestar, tenía una lista tras míos, rogando tan siquiera conocerme y éste idiota ni me veía, affff. Pero preferí no darle mayor importancia, siempre que quisiera coger con cualquiera estaría dispuesto a estar conmigo, yo sabía que cualidades poseía y ya había obtenido una fama de selectivo y de no dejarme por nadie, a pesar que todos los gays que conocía querian conmigo, yo a ...