1. Mauro y Zigor follando en serio


    Fecha: 10/12/2020, Categorías: Infidelidad Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... verdad es que no lo intenté nunca, pero podría haberlo provocado, pues conociendo a mis padres, sé que se hubiera realizado, pero medí que las consecuencias serían imprevisibles. Todo esto les expliqué. Lorenzo para que me creyeran les decía: “Es filósofo, es sabio”. Y ellos estaban atemorizados no de mí sino de que alguien supiera lo que ellos hacían para darse un besito y tocarse sus pollas y sus nalgas, ¡joder! ¡que no se atrevían a nada más! Yo ni fui ni soy un revolucionario, pero estas cosas me jodían mucho. Lorenzo lo notó y me tranquilizó con la finalidad de arreglarlo.
    
    Tras explicarles que eran libres de ser como quisieran, les pregunté a Mauro y a Zigor qué pensaban hacer para no estar escondiéndose de los demás. Los chicos no sabían qué hacer y convine delante de ellos con Lorenzo que teníamos que organizar una orgía en nuestro altillo, que era muy ancho para nosotros cuatro y ya lo teníamos limpio. Le añadí:
    
    — Los cuatro somos mayores de edad; hay que sacar a nuestros amigos de su aturdimiento, han de saber lo bien que se pasa y lo bueno que es tener sexo y vivir juntos los que se aman.
    
    — ¿Crees que ellos se aman?, preguntó Lorenzo.
    
    — Míralos —dije yo señalando—, están asustados, cogidos de la mano, no se abrazan porque nos temen, tú y yo nos los hemos llevar a casa, hacer delante de ellos lo que hacemos habitualmente, sin forzarles y verás cómo responden adecuadamente. Los pobres están que no se aclaran, no saben más, no atinan a adivinar si es ...
    ... bueno o malo y piensan que es malo porque los demás podrían amenazarlos.
    
    Yo iba hablando para que ellos entendieran nuestro razonamiento y se volvieran atrás antes de comenzar a que todo funcionara como lo tenía previsto. Por una parte estaba su libertad y por otra su temor. Dos cosas no fáciles de conjugar. Era necesario eliminar el temor, el miedo que les había invadido desde siempre y presentarles la libertad, la confianza, la alegría de ser como somos.
    
    Ese día dejamos pasar la oportunidad y quedamos en juntarnos al día siguiente. En la noche hablé con la abuela y le expliqué lo de los dos chicos. Ella entendió del todo porque, sin ser lo mismo, su relación con el abuelo tuvo que meditarla varias veces y pensar bien las cosas, hasta que se decidió por un sí y por un sí, porque el no es negativo. Además ella quería vivir su libertad y su amor, no lo que opinen los demás. Le dije que al día siguiente vendrían a casa y los llevaríamos al salón de arriba.
    
    — Y ocurrirá lo que pasa, ¿no es así?, dijo la abuela.
    
    — Así es, respondí.
    
    — Si la cosa no sale muy bien y no se distienden, me avisas y yo les hablaré, propuso la abuela.
    
    — Pensaba si podríamos merendar aquí los cuatro contigo, hacernos Lorenzo y yo los frescos, contarte cosas nuestras y tú nos aconsejas como sabes hacer, ¿qué te parece, abuela?, le dije mimoso.
    
    Lorenzo asomó por la puerta, diciendo a gritos:
    
    — Ya te camelas a la abuela.
    
    — Lorenzo, aceptaste que yo me uniera a tío Fabián, Joel, apenas ...
«1234...»