1. La seducción de mi esposa


    Fecha: 17/12/2020, Categorías: Intercambios Autor: Eroslifewoman, Fuente: SexoSinTabues

    ... avergonzada. Yo solo sonreí, va a empezar pensé. Volvió a mirar a Mónica y le dijo: – Puedo averiguar tu edad solo viendo las líneas de tus manos. – Jajajaja – se rio mi esposa, por no saber qué otra cosa contestar – ¡¡Venga!! – y le extendió su mano abierta. Iván cogió la muñeca de Mónica con muchísima suavidad y con sus dos dedos seguía acariciando con las yemas de los dedos los pliegues de su mano. Ella, escuchaba atentamente lo que él le decía mirándole. Su voz era cautivadora y le hablaba con mucha calma. Su tono era templado y dulce a la vez. De esos tonos de voz que hacen que te sientas bien y a gusto. Estoy seguro que mi esposa estaba teniendo alguna sensación parecida a la excitación aunque fuese mínima. – Ummm……cuarentaaaaaa y…………!UNO¡ – Nooo, pero casi – dijo mi esposa riendo y mirándome. Yo que escuchaba, disfrutaba a sabiendas de lo que se estaba tramando. Le acompañé con una sonrisa y observé que Iván también había cruzado sus piernas de manera que de vez en cuando su zapato rozaba el sensual zapato de tacón de mi esposa y en ocasiones su tobillo. Ella al contrario no retiraba su pie. Realmente mi esposa se encontraba a gusto conversando con nosotros dos. De vez en cuando yo apoyaba mi mano en la rodilla de mi esposa, o en su hombro, acariciando con mis dedos la parte trasera de su cuello. Notaba como se le erizaba el bello, como su piel reaccionaba. Me levanté un momento para ir al lavabo. – Ahora vuelvo – les dije – voy al servicio. Mientras avanzaba hacia ...
    ... el servicio observaba por los espejos que tenía en frente como ellos dos conversaban. Pasados unos dos minutos regresé. Iván se había acercado más a mi esposa y aunque no sé de qué hablaban ella reía. Me senté de nuevo y al instante él se levantó. – ¿Me perdonáis un momento, por favor? – nos dijo. Pensé que había desistido. Cuando se alejaba de nuestra mesa hacia la sala de baile observé que Mónica por un momento lo seguía con la mirada y también a su culo. – ¿Bonito culo? – le pregunté. – Ummm – en gesto de aprobación. – Es guapo y muy simpático contestó – cogiendo de nuevo su vaso para beber. – ¿De qué hablabais? – Me había preguntado si me gustaba bailar música latina y le he dicho que no sabía demasiado. Yo la miré curiosamente por la respuesta que me había dado. Y ella me devolvió la mirada y sonriendo me dijo. – ¿Qué? Tú también miras a otras tías, ¿no? – sonriendo. Me hizo gracia esta respuesta. En un instante me vino a la cabeza la imagen de ella chupándole la polla, no sé. Iván regreso a nuestra mesa. – He visto a unos amigos. Me preguntaba si queríais acompañarnos en la sala de aquí al lado. -Ponen buena música, que se puede bailar. Y mirándome, extendió la mano hacia ella, diciéndole: -¡Ven! ¡No decías que no sabías bailar latina, pues hoy aprenderás! Ella me miró con un pelín de duda. Como vio que yo me levantaba y cogía su bolso mirándola, ella entregó su mano y él se la cogió ayudándola a levantarse para soltarla después, diciéndole: – Ahora te la suelto, pero ...
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