d) Davy, el castaño de ojos rasgados
Fecha: 19/12/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Continuación de: Favor con favor se pagan
Ayudé a mi padre que preparaba la cena antes de que llegaran los chicos, Óliver llegó el primero, le dio un beso a mi padre y luego a mi antes de subir a cambiarse. Diez minutos más tarde escuchábamos las risas de los gemelos en la puerta de la casa, entraron atropellados y sin saludar se quitaron los zapatos.
-Al pasar hemos visto a J.C. que ha cambiado de coche, a ver cuando te lo puedes comprar tu y nos sacas de la ciudad algún día. -hablaba Rafael mientras José venía hacia mi descalzo para abrazarme.
-Alonso ya hace bastante, no le exijáis más. -papá pegó una pequeña y cariñosa colleja en la nuca a Rafael y luego lo besó.
Los miraba a los cuatro, comiendo la rica tortilla de patata que papá había preparado, pimientos verdes fritos y la gran ensalada de su huerta, aún no estaba en pleno apogeo pero conseguía que el pequeño invernadero de plástico que había montado le rindiera sus frutos.
Los cuatro se parecían muchísimo entre ellos y el único que tenía alguno de mis rasgos era Óliver, resultaba un ser diferente entre ellos, como de otra especie, ellos eran chicos viriles como papá y morenos, altos más que yo, me había quedado sin llegar al metro setenta y no había solución, así sería toda la vida.
Los quería a los cuatro hasta sentir dolor en mi corazón cuando pensaba que pudiera pasarles algo malo, mi predilección se orientaba a Óliver, por ser de edad parecida a la mía, compartir habitación, más ...
... intimidad, y por el apoyo incondicional que siempre me había dado entendiendo mi orientación sexual.
-Mamá nos ha pedido que pasemos el fin de semana con ella. -Rafael miraba a mi padre esperando su aprobación.
-Si José cuida de ti de acuerdo. -papá siempre aprovechaba cualquier oportunidad para hacer resaltar que su hermano era más responsable y se le podía dejar solo.
José estaba a mi lado y me agarró del brazo dudando en hablarme.
-Me preguntó por ti la vez pasada, bueno siempre lo hace. -aparté el brazo para que me dejara y todos fijaron la vista en mi.
Habían pasado seis años desde que nos abandonó para irse a vivir con aquel tipo, ¿aún sentía odio?, ¡no!, el odio se había ido pero no el olvido. No me importaba si había sido de mutuo acuerdo con papá, ni el motivo que fuera, había preferido a otro en lugar de a su marido y sus propios hijos, dejando toda la carga de cuidarnos sobre sus espaldas.
No había querido volver a verla, ella había renunciado a nosotros como si fuéramos una carga insoportable y ahora pretendía que sintiéramos cariño.
No me parecía mal que los gemelos fueran a su casa alguna vez, Óliver también había ido después de que estuvo en el hospital enferma, ellos eran más pequeños cuando sucedió, o son mejores personas que yo pudiéndola perdonar, y olvidar.
Yo tuve que consolar a papá cuando pasaba las noches llorando y solo en su cama, el más lastimado de todos y la perdonó. Pasé página en un momento determinado y no quería volver a ...