1. d) Davy, el castaño de ojos rasgados


    Fecha: 19/12/2020, Categorías: Confesiones Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobre el brillante mármol rosa.
    
    La luz que penetraba por el ventanal me deslumbraba y no podía ver el detalle de lo que tenía al frente, la música dejó de sonar y la figura sentada levantó la cabeza, al lado del piano tenía una pequeña mesa de ruedas con la tapa de cristal negro y un portátil plateado encendido sobre ella. El mayordomo se me adelantó y llegó hasta la pared, apretó algún dispositivo y las cortinas se corrieron dando un tono de luz dorada al salón.
    
    -Gracias Juan. Acerca una silla para el señor, por favor. -al escuchar su voz fijé la mirada en él. No era el señor mayor que, no se el por que, esperaba encontrarme.
    
    No me había dirigido la palabra aún, miraba a su sirviente caminando con una silla en las manos hacia donde me encontraba. Seguramente no tendría más de veinticinco o veintiséis años, su pelo color castaño oscuro perfectamente peinado con raya a la izquierda, y tirado hacía atrás dejando ver libre todo su rostro anguloso y labios algo gordo el inferior.
    
    Me dirigió un ligero vistazo para volver a fijar la vista en el sirviente, tenía los ojos ligeramente rasgados, no como un oriental pero algo parecido.
    
    -¿Deseas tomar algo?, ¿tienes sed? -la voz le salía suave arrastrando las palabras, algo quebrada y profunda.
    
    Miraba tan centrado en él que no me di cuenta de que me hablaba a mi.
    
    -No, no gracias. -me encontraba muy sorprendido por todo lo inesperado de la situación. Volvió a dirigirse a aquel hombre.
    
    -Fuera hace calor, lleva ...
    ... después limonada a la terraza. -parecía una despedida y se retiró, escuché como cerraba la puerta al salir.
    
    -Siéntate, no iras a quedarte de pie para crecer. -no se había movido de donde estaba y seguía sin saludarme.
    
    -¡Alonso! - hablaba para él mismo. -Alonso Quijano, tengo un amigo en Sudamérica que se llama como tu, pero no, él es diferente. -lograba que la voz le saliera melodiosa, como la música que antes interpretaba.
    
    -¿Es tu nombre verdadero? -cada vez me sentía más inquieto, ¿qué querría aquel joven de mi? Afirmé con la cabeza.
    
    -Háblame, deseo escuchar tu voz, en tus películas hablas muy poco. -recordé las palabras de Guillermo, que aquel cliente compraba todo lo mío, hasta lo que no salía al mercado.
    
    -Es mi nombre verdadero, ¿qué quieres de mi?… -quedé en suspenso haciéndole ver que no sabía quien era él, ni su nombre, y captó con rapidez mi mensaje.
    
    -¡Ah! Disculpa mi grosería. -me parecía que me hablaba con afectación, queriendo marcar la diferencia que había entre los dos.
    
    -Davy, puedes llamarme así, también es mi verdadero nombre.
    
    -¿David? -le salió una risita irónica y volvió a decir su nombre marcando muy bien como sonaba.
    
    -Da - vy, es inglés, bueno no importa puedes llamarme como desees. -estaba intentado ridiculizarme y cada vez entendía menos lo que deseaba de mi.
    
    Hubiera sido más fácil que me desnudara y que me utilizara como la diera la gana ya que me había pagado bien, luego marchar olvidando esta locura.
    
    -¡Davy!, puedo decirlo ...
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