1. Berenice causa de mi locura


    Fecha: 21/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    ... la puerta de mi habitación caí desmayado. No tengo idea como se las arreglo Berenice, pero desperté en el hospital, así fue como amigos y conocidos se enteraron de la existencia de mi hija.
    
    Por fortuna nada serio no se si fue el vino o la comida me intoxiqué y me tuvieron un día en observación y finalmente regresé a casa. Detalle tras de detalle me estaban amarrando más a Berenice. Me organizo una fiesta una fiesta de cumpleaños y hasta contacto a mis mejores junto con sus esposas no me puedo quejar fue una velada inolvidable casi perfecta, después de despedir al último invitado nos retiramos a descansar. Me quite la ropa conservando solo mis calzoncillos. Había observado a Bere muy contenta volteando a cada rato al lugar donde yo estaba. La vi tan radiante tan fresca tan linda. Me sentí inquieto al recordar lo bien que le ajustaba su ropa. Me daba temor pensar en qué momento regresaría a su hogar ahora sentía temor de quedarme solo. Empezaba a quedarme dormido y de pronto oí que tocar mi puerta, antes que permitiera el acceso Berenice ya se encontraba dentro de mi habitación. Ni tiempo me dio de cubrirme y no lo hice por no hacerla sentir mal.
    
    —no puedo dormir quiero quedarme aquí contigo. ¿Me haces un lugar?
    
    Traía una bata muy delgada toda su ropa interior se veía claramente era un coordinado en color rojo y negro brillante. No dije media palabra solo le hice espacio para que se acostara. Bere me trataba de una forma tan familiar que me desconcertaba, parecía ...
    ... mas mi mujer que mi hija recién descubierta. Se había acomodado recostada sobre mi pecho, los suyos quedaron aprisionados entre mi cuerpo y ante brazo. Mi respiración quedo contenida al percibir que su sexo reposaba al costado de mi pierna. Pánico sentí, sabía que irremediablemente provocaría mi erección como evitar que mi cuerpo se mostrara inerte ante la tentación. Bajo mi trusa mi falo comenzaba a estirarse y su piel a indicarme el delicioso ardor de mostrarse vivo. Su rostro terso me hacía sentir la grata suavidad su piel, y su fresco aliento como rica mezcla de flores fragantes. Luché como nunca en contra de mis deseos, pero no pude. Mi trusa parecía ocultar un pequeño fantasma, levantada por la fuerza vigorosa de mi erección. Apenado me puse de costado frente a ella. Sus ojos llenos de luz y de un encanto muy singular me miraron fijamente. Traviesa deslizaba un dedo sobre mi pecho. Paso su pierna encima de las mías se ajustó más a mi cuerpo, la abracé no pude contenerme más le besé la frente y la apreté contra mi pecho.
    
    —Bere será mejor que regreses a tu cuarto.
    
    —¿te molesta mi compañía?
    
    —no. Me complace más de lo debido.
    
    —…entonces dejame quedar aquí por favor.
    
    —Bere por fortuna somos dos adultos. Por esa razón te voy hablar claramente. Ojalá no me mal interpretes.
    
    —te escucho.
    
    ¡qué difícil! Respire de tal forma que parecía que en ello se me escapaba la vida.
    
    —Bere me inquietas eres una linda y atractiva mujer. La verdad. Te deseo… pero estoy ...