Vecinos Incestuosos y perversos
Fecha: 26/12/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
Como os he contado en muchos de mis relatos, el sexo con mis hermanos era algo normal en nuestra vida diaria. Había comenzado con Beatriz a los 12 años, ella 11. Nos llevamos apenas 14 meses debido a que mamá salió embarazada cuando tenía yo apenas 5 meses de nacido, cuestión de que mi no me amamantaron había dicho el doctor. O sea que en su orden las edades de mis 5 hermanos menores era Beatriz 15, mi hermano 13, Lily 11, Isabel 9, el varón más chico apenas 3 y yo 16. Rosa nuestra hermanastra (Hija de mama) tenía 22. A excepción del José Luis el más chico todos habíamos tenido sexo entre nosotros. A Isabel no la habíamos penetrado, pero si participaba dando sexo oral ya sea a mi hermano de 13 o incluso a mi. En algunas ocaciones hasta habíamos acabado entre sus labios vaginales pero sin llegar a metérsela. Sabíamos que lo que hacíamos no era tan secreto a nuestra familia. Tía Fátima nos había descubierto y cómo he relatado se había convertido en nuestra confidente, mamá igual o al menos eso me insinuó una tarde que me aconsejó usar protección cuando tuviera sexo, no vayan a salir embarazados – me dijo en clara alusión a Beatriz y yo-. Nuestros vecinos, los chicos de nuestra edad incluso eran parte de nuestros juegos. La vecina donde íbamos a ver televisión después que nos descubrió igual se unió a nuestras travesuras sexuales, en los que sumó a sus dos hijos, hembra y varón de 14 y 12 respectivamente. Nuestros primos, el hijo de Tía Fátima y Mario sobrino de papá igual ...
... eran parte de ese secreto familiar de incesto. Éramos niños precoces que bien teníamos sexo en casa durante el día cuando nuestros padres iban a trabajar o durante la noche, ya que dormíamos todos en una misma habitación uno junto al otro en viejos colchones, papá y mamá tenían su propio cuarto al fondo de la pequeña casita donde dormían junto al más chico de los hermanos. Era el entorno perfecto para darle rienda suelta a nuestros instintos sexuales y vivir relativamente felices, con carencias, tanto que los más chicos usaban zapatos únicamente para ir a la escuela, pero vivíamos como una familia normal o al menos eso aparentábamos. Porque si en un principio ciertamente el jugar al sexo había sido algo inocente, al menos Beatriz y yo éramos conscientes de que no era correcto. Lo disfrutábamos, poníamos en práctica todo aquello que veíamos o nos habían enseñado. Nuestra vecina Leticia había sido una excelente maestra, Doña Delia la mama de Flor la niña que se embarazó a los 13 de su profesor igual. Mi hermanastra aunque poco convivía con nosotros también nos había enseñado varías cosas que había aprendido con su novio y con el que vivía desde hace algunos meses. Éramos una familia perfecta en una época perfecta, sin internet o celulares, el porno apenas y se podía conseguir rentado en los renta videos, había que ir al cine o en su defecto comprar revistas que únicamente les vendían a los adultos. Fue en ese entonces que papá se vio forzado a vender la casa e irnos vivir a una ...