1. Claudito y su tío Roque (2)


    Fecha: 22/10/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Claudito no se fue mientras el hombre acomodaba en el placard la ropa que había traído para esos días en Buenos Aires. Se retorcía nerviosamente las manos sin dejar de observar a su tío que cada tanto lo miraba y le sonreía y que, de pronto, lo sorprendió con una afirmación:
    
    -Con lo lindo que sos seguro que tenés novia, ¿eh, Claudito?
    
    El chico sintió el rubor en las mejillas: -N… no, tío, no… no tengo novia…
    
    -¿Y novio?... ¡Es una broma! –dijo el tío Roque y soltó carcajada sin dejar de observar al chico para ver su reacción.
    
    Claudito se había puesto coloradísimo y lo único que pudo hacer fue emitir una risita nerviosa y agachar la cabeza.
    
    -Bueno, contame, sos muy lindo y no tenés novia. ¿Por qué? –lo apuró el hombre dispuesto a ir estrechando el cerco sobre su presa.
    
    Claudito vaciló un momento y luego se dijo que estaba ante la gran oportunidad de franquearse ante su tío, ese hombre que tanto lo excitaba.
    
    -Porque… porque no me… no me gustan las chicas, tío… -admitió finalmente atreviéndose a mirar al hombre a la cara.
    
    El tío Roque interrumpió el gesto de sacar de la maleta otra prenda y clavó en el chico una mirada entre asombrada y caliente. Volvió a dejar la prenda en su sitio, se irguió, rodeó la cama y fue lentamente hacia Claudito. Cuando estuvo junto a él lo tomó de los hombros, acercó su rostro al del jovencito y dijo:
    
    -Me gusta que no te gusten las chicas, Claudito…
    
    -Ay, tío…
    
    -Estás temblando, sobrino… Contame por qué…
    
    -L…los… los ...
    ... nervios, tío…
    
    El hombre rozó con sus labios la mejilla derecha de Claudito y le murmuró al oído:
    
    -¿Solamente los nervios, Claudito?... –mientras sus manos descendían de los hombros de su sobrino y llegaban a las nalgas.
    
    Claudito se estremeció al sentir esas manos que aferraban sus pompis y luego de tragar saliva admitió:
    
    -No, tío… no… no solamente los nervios…
    
    En ese momento se oyó la voz de la madre desde la cocina:
    
    -¡Claudito! ¡andá a la panadería a comprar facturas para el mate! ¡¿Ya te duchaste, Roque?!
    
    Al chico le costó desprenderse del abrazo de su tío.
    
    –Voy, mamá… -dijo en el pasillo mientras trataba de normalizar su respiración.
    
    -¡No, Sara! ¡estuve acomodando la ropa en el placard! ¡Ya me ducho! –gritó Roque con la pija buen dura y erecta.
    
    Una vez bajo la ducha fue tal la calentura que lo abrasaba que tuvo que masturbarse.
    
    Por fin llegó la noche y Sara se fue a dormir poco después de la cena mientras su hijo seguía preparando en su cuarto el ingreso a la Universidad. Entonces alguien llamó a la puerta.
    
    -¿Mamá? –tanteó el chico.
    
    -No, soy yo, Claudito… -aclaró el tío Roque al tiempo que entreabría la puerta.
    
    -Ah… Yo… -vaciló Claudito presa de los nervios al advertir que se avecinaba el momento decisivo, aquello que ansiaba y temía a la vez.
    
    Cuando giró para mirar a su tío, que estaba en calzoncillos y descalzo. Vio el vello grisáceo y espeso en el pecho, los brazos y las piernas. Vio, en tanto su respiración se hacía agitada, ...
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