Feliz Cumpleaños 12...
Fecha: 29/12/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: erodash, Fuente: RelatosEróticos
... anhelaba meterlos de nuevo, así que sin mucha dificultad encontré su húmeda cavidad y de nuevo, e inicie el vaivén de mis dedos dentro.
Al oído me pidió que hiciera lo mismo con mi boca y en un instante me encontraba entre sus piernas lamiéndole los labios, los jugos vaginales tenían un aroma y un olor que no conocía, no podía compararlos con nada, tampoco me pareció que oliera a pescado como decían. De inicio no me supo tan rico, un poquito salado, pero cuando comencé a mover mi lengua por toda su vulva y noté que le gustaba mucho, le agarre el gusto de inmediato y comencé a saborear entre sus piernas, ella a veces me decía como y donde chupar, o me pedía no parar de ritmo; yo, cumplía sus órdenes.
Chupaba su clítoris, sus labios e intentaba en ocasiones meterle la lengua, pero confieso que mi lengua no es extremadamente larga, pero repetidamente le taladraba la vulva intentando meterla más. Me gustaba jugar con su clítoris en mi lengua, se sentía como una bolita mojada y resbaladiza que se escapaba de mis labios que lo querían atrapar; ella me tomaba fuertemente de la cabeza y respiraba con demasiada agitación; disfrute mucho ver su cara de placer, pues ella momentos antes había hecho lo mismo conmigo y sentí inmensamente rico, así que podía imaginar lo que ella podía sentir con mi boca.
Su cuerpo comenzó a ponerse tenso, me pedía insistentemente que no dejara de mover mi lengua como lo hacía, así que recordé que se aproximaba un orgasmo y yo moría por la ...
... curiosidad de saber como eran, por lo que sin dejar de mover la boca, acerque mi mano y comencé a buscar la entrada de su cavidad y le metí de golpe los dedos, gimió un poco más intenso por el sobresalto. En cuanto comencé a taladrarla con mis dedos y a torturarla con mi lengua al mismo tiempo, recargó sus pies sobre mi espalda y comenzó a jalarme contra su vulva retorciéndose, ella movía la cadera de arriba abajo y me sostenía ligeramente la cabeza mientras no dejaba de mirarme, debo admitir que me costaba un poco de trabajo respirar pero como practico natación aguanto bastante bien la respiración y puedo tomar bocanadas pequeñas de aire que me permiten no parar por lo que no resultó demasiado problema acostumbrarme a respirar cada que su cadera bajaba y me permitía tomar un poco de oxigeno. Mi mano perdió la movilidad pero mis dedos quedaron dentro de ella, así que como ya no pude meterlos y sacarlos con tanta facilidad, comencé a moverlos y doblarlos friccionando todas las paredes vaginales que me apretaban continuamente los dedos; comenzó a balancear con más velocidad la cadera, me apretaba el cabello de la mollera entre sus dedos y comenzó a gemir intensamente, después del intenso orgasmo, relajó todo su cuerpo mientras yo continuaba moviendo los dedos con entusiasmo, ya podía meterlos y sacarlos a placer, mi mano estaba completamente mojada, sus jugos vaginales escurrían hasta la palma de mi mano. Me acariciaba el cabello y me dijo que quería chupármelo de nuevo porque le ...