1. Feliz Cumpleaños 12...


    Fecha: 29/12/2020, Categorías: Confesiones Autor: erodash, Fuente: RelatosEróticos

    ... ¿Pero sientes rico?
    
    - Si… muchísimo
    
    - ¿Y si me muevo crees que sientas más rico?
    
    Y comenzó a mover sus caderas encima de mí como oleada de mar, con un ritmo pausando, continuo pero fuerte; mis manos masajeaban sus nalgas, me gustaba sentir el vaivén de su cuerpo sobre el mío; el masaje que mi pene experimentaba era inexplicable, con sus pies firmes sobre el suelo comenzó a cabalgarme, subía y bajaba todo su cuerpo mientras yo observaba el rebotar de sus senos, se movía a un ritmo delicioso que cada vez iba aumentando de intensidad, de pronto se encontraba galopando enérgicamente machacándome las piernas, de nuevo gimió fuerte un par de veces, pero ella sola acalló sus quejidos poniéndose la mano sobre la boca y termino de disfrutar mi pene dándose unos últimos sentones estruendosos que hicieron que mis muslos quedaran rojísimos. Quedo abrazada un poco sobre mí y me decía cosas al oído, se levantó y se sentó en la orilla de la cama, me tomo las manos para que me parara y me pusiera delante de ella, se metió dos o tres veces mi pene en la boca y le dio algunos lametones, se recostó en la cama, abrió las piernas y me guiaba para quedar sobre ella, me dijo que esta vez seria yo el que se va a mover por completo, que deseaba ver cómo me satisfacía con su cuerpo hasta venirme dentro. Me costó trabajo meter el pene, intentaba y no podía acomodarme, se resbalaba por los labios, así que ella tomo con su mano el tronco de mi pene y puso la puntita en el lugar justo; ahora ...
    ... si empújalo y va a entrar, fueron sus palabras.
    
    Resbaló sin ninguna dificultad y puse mis manos a la altura de sus hombros y sus piernas abiertas se balanceaban al aire por los movimientos de mi cuerpo contra el suyo, me gustaba moverme al ritmo de las vibraciones de la música, aunque en ocasiones la cama rebotaba contra la pared; la penetraba fuertemente tal cual como ella me había montado, se tomo las corvas con las manos sosteniéndose las piernas, me acomode mejor y comencé a bombearla apasionadamente, no sé de dónde sacaba ese instinto de moverme, jamás había cogido en mi vida pero mi cadera se movía como si ya lo hubiera hecho antes, ella casi no se movía, pero su vagina me comprimía el pene apretando y soltando de vez en vez; me gustaba echar un vistazo y ver mi pene perforar su húmedo y experimentado coñito, disfrute observar sus labios moverse al ritmo del vaivén de mi cuerpo envolviendo mi pene humedecido del néctar de su rosada hendidura. Recosté mi cuerpo sobre su pecho y puse mi cara sobre sus hombros y lograba empujarme solo con la punta de los pies, los clavé sobre la cama como dos estacas y no pare de bombear, comencé a jadear presa de la exquisita sensación previa de un orgasmo, me ayude aferrando mis manos a la sabana y me comenzó a envolver una sensación maravillosa, tu cuerpo se agita y tus palpitaciones se intensifican, tu cuerpo comienza a moverse de manera involuntaria, son como espasmos punzantes que generan una ligera ansiedad por encontrar alivio. ...