Patas Arriba XXII
Fecha: 30/12/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos
... puerta del piso cuando recordé que yo tenía un regalo para mi novio y me devolví a por él al tiempo que cogía mis llaves por si las moscas. Sé que Didier regresará conmigo, pero como a mi hermano se le olvide darle sus llaves, estamos apañados.
En la puerta del edificio nos esperaba Ramón en el coche y mi hermano se sentó conmigo detrás, parece un taxi porque el auto es blanco, pero no me quejo, me gusta compartir con Cami porque si algo tiene es que es un chico alegre y es capaz de hacer sonreír a una roca. No puse mucha atención del camino que seguía mi cuñado hasta que por algún extraño motivo se detuvo cerca de Mariano de Cavia y me llevaron al parque del Retiro, allí caminamos un poco hasta un poco hasta la estatua del Ángel Caído, a la que un cura estaba insultando, cosa que hizo que Cami y Ramón intercambiaran miradas de complicidad y se troncharan de risa hasta que llegamos a una glorieta un poco escondida, no tiene ninguna relación con el sitio donde mi hermano cree que se esconde a meditar, si no que parece un sitio que en algún momento se usó para que la gente comiese allí, pero ya nadie lo usa para eso, ni para nada, siendo realistas, los únicos que pasan por allí son los jardineros cuando podan. Me llamó la atención que, aunque las mesas de piedra están en perfecto estado pasamos de largo, entonces lo entendí todo: había una mesilla plástica plegable con el típico mantel a cuadros y la cesta de las películas americanas de comida de campo, un par de velas y ...
... dos copas de vino.
- Toma, dale esto a mi cuñado, por favor -me dijo Cami mientras me tendía las llaves del piso y viendo mi cara de total sorpresa me aclaró algo que no me esperaba-: el cura de antes es amigo de mi tío Javi, creo que él estuvo en su parroquia unos años, así que ya sabíamos que eso pasaba, pero nunca lo habíamos visto en persona.
Luego los dos se despidieron con sendas sonrisas y cuando se alejaron pude oír sus carcajadas, probablemente por el cura amigo de Javi, vete tú a saber, yo a lo mío.
- Me dijiste que te sorprendiera, mi vida, así que espero que te guste, que me lo curré bastante -me dijo mi Didier con una cara de ilusión que sólo me nacía darle un gran beso y eso hice, cuando me dio la gana separarme de él, entonces hablé:
- Depende de qué tanto sea idea tuya todo esto, porque algo me da que te pasaste la tarde cocinando en el piso de mi hermano, ¿me equivoco?
- Te equivocas, pero bueno, veo que no dejarás de darme la lata hasta que te lo cuente, así que te lo diré: Cami y Ramón me ayudaron a traerte, Iván propuso el sitio y Joel me ayudó a cocinar, así que realmente estuve en su casa y no en casa de tu hermano, ahí te falló tu olfato de policía, guapo.
- Ya, por eso no soy policía -le dije mientras intentaba curiosear en la cesta, pero no me dejó, la cerró y me puso una copa en la mano, a la que di un sorbo y debo reconocer que la selección fue buena, el vino estaba de lujo y se lo hice saber, entonces sí que empezó a sacar cosas de ...