1. UNA LINDA HISTORIA


    Fecha: 01/01/2021, Categorías: Fetichismo Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... entreabiertos labios. Distingo la punta de su maravillosa lengua, y, finalmente, saboreo la miel de sus labios. Una experiencia para los cinco sentidos. Lástima que sea solo un sueño, por muy real que parezca. Sus brazos se enroscan en mi masivo cuello y se cuelga totalmente de mí, izándose a pulso. Devora mi boca como si quisiera sacarme los pulmones por ella. No me suelta, es insaciable. Por otro lado, Maby, siempre de rodillas, ha desabrochado mi bragueta. Mi pene surge, morcillón y gigantesco, desplegándose cual manguera. ¡Por Dios, es enorme! Ya mide lo mismo que el de Rasputín… Maby se lleva una mano a la boca, impresionada. Mi hermana aparta su boca de la mía y posa su mano sobre la cabeza de su compañera, diciéndole. ― Te lo dije… ahora, no nos queda más remedio que chuparla… Aún no sé como será una mamada, pero os juro que si se parece lo más mínimo a lo que experimenté en ese sueño, me voy a gastar mucha pasta en putas. Dicen que en los sueños solo puedes sentir lo que ya has experimentado en la vida real: el sabor de un postre, la textura de una fruta, un salto en el vacío… Nunca me han hecho una mamada, por lo tanto, he tenido que imaginarme la sensación, ¿no? Entonces, ¿cómo he podido ser tan específico, tan descriptivo y literal? Recuerdo cada pase de sus lenguas, cada succión, como se peleaban por atrapar el glande y tragarlo, y el chasquido húmedo de sus lenguas entrelazadas. Me estremezco cuando evocó ...
    ... la sensación de vacío que Maby creaba en mis testículos al metérselos en la boca y sorberlos. No, todas esas sensaciones han tenido que salir de algún lado. Las he tenido que aprender de alguna manera… leerlas en algún sitio. El caso es que mi miembro se puso tan duro como un astil, creciendo en toda su magnitud. Parecía tener vida propia y, por lo tanto, sus propios deseos. Ni siquiera se refrenaba con los imprudentes arañazos que los dientes de las dos chicas le producían, dado su ardor. Para aquel miembro solo existía el placer y la urgencia por obtenerlo. Tuve que apoyar mis manos en sus cabecitas cuando mi orondo pene empezó a temblar espasmódicamente, como si anunciara una pronta erupción. El cabrón tiraba de mí, se movía en todas direcciones, como una manguera, intentando escapar de las manos y bocas de mis amantes. Con un rugido descargué níveos chorros, cálidos y espesos, que mancillaron rostros y cabellos de las dos ninfas arrodilladas. Cuando desperté, estaba amaneciendo. Una tremenda corrida manchaba las sábanas de mi cama. Aquello no era el resultado de una polución nocturna, sino el trabajo de toda una noche de juerga. Contemplé mi tremenda polla erguida, dura como el hierro, como la de todo adolescente al despertar. Cogí el metro que tenía en la mesita… treinta y un centímetros de larga y seis centímetros de grosor… unos huevos enormes colgando de mi entrepierna… Suspiré. Bienvenido, Rasputín… CONTINUARÁ 
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