Mis Primas
Fecha: 21/01/2021,
Categorías:
Intercambios
Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos
Hace unos días alguien compartió en Facebook un pensamiento que dice más o menos así: “Los primos son los primeros amigos en nuestras vidas. Ellos pueden no ser parte de tu vida diaria, pero nunca están lejos de tus pensamientos y memoria. Si tienes algunos de los mejores primos en el mundo”. Compártelo.
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Repentinamente, después de más de 40 años, a mi mente vinieron los recuerdos de esa época tan especial en donde un fin de semana compartí con mis primas una aventura que nunca más volveríamos a repetir.
Por esas fechas, recién había cumplido los 19 años, estudiaba mi segundo año de medicina y estaban próximas las vacaciones de fin de año, coincidían con el periodo de descanso de la fábrica donde trabajaba para pagar mis estudios, en esta misma empresa, trabajaban dos de mis primas, Martha de 20 y Diana de 18 años. Su padre, una semana antes se había ganado el premio mayor de la Lotería Nacional, a pesar de no tener el billete completo, la cantidad ganada era muy respetable.
Regalo a toda la familia diferentes cosas compartiendo su alegría y repentina riqueza, a mí me tocó un reloj, mi madre, su cuñada, recibió una estufa y para agradecerle organizo una gran comilona, como era costumbre en esa gran familia.
El día de la reunión, se juntaron las tres hermanas con toda su prole, gracias al patio grande de nuestra casa, se pudo acomodar a 10 adultos en una mesa y a los 17 primos que pudieron asistir, los menores, Alicia y Cesar, tenían ...
... solo 10 y 9 años respectivamente, como era costumbre había tres mesas para todos nosotros para poder compartir por grupos de edad e intereses comunes, era siempre una grata experiencia ya que no solo se compartía comida sino música y baile, varios habían aprendido a tocar la guitarra con mi padre y era obligado, que ya de postres nos ofrecieran largas horas de cantada, las tres hermanas lo hacían y muy bien ya que de jóvenes, lo habían hecho profesionalmente.
En el curso de la comida me moví de silla para quedar en medio de Martha y Diana, empezamos platicando del trabajo y comentaron que su padre quería organizar un viaje al puerto de Acapulco, a pesar de haber ido un par de veces, les dije que me apuntaran, si el viaje se hacía, mientras el tiempo pasaba, bailamos unas tres o cuatro melodías, yo alterne entre una y otra como siempre y había confianza, las pegaba yo a mí para sentir las redondeces de su cuerpo, debo confesar que más de una vez mi pene se ponía en señal de alerta y tal vez lo pudieron sentir entre sus piernas.
Para continuar debo describir a mis primas, Martha la mayor lucia por esos años un cuerpo lleno, pleno, de busto amplio y caderas rotundas, un trasero respingón y piernones fabulosos, si tuviera que comparar diría yo que las facciones de su rostro, eran muy similares a la cantante inglesa Adele que tantos éxitos musicales tiene ahora.
Diana, merece una sola descripción, era Divina, morena obscura con ojos claros casi grises, cuerpo de una bella ...