No al mal trato femenino
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Yo creo que si a una mujer le das amor y le tratas bien, te va a hacer el hombre más feliz del mundo, pero si ella se siente mal tratada, no te sorprenda que le abra las piernas al primero que le de cariño. En la urbanización en la que vivo, pegado a mi casa vive un matrimonio marroquí. La semana pasada vinieron de la administración a cobrar los gastos comunes de los atrasados. Cuando la administradora toca la puerta de mis vecinos marroquíes, yo venía de hacer unos mandados y escucho que le dicen a mi vecina que le había pasado, no escuche lo que respondió Ahia, que asi se llama mi vecina. Al rato cuando se fue la señora que estaba cobrando, llamé a la puerta de mi vecina, cuando me abre la quedé mirando, tenía un ojo violeta y el labio inferior hinchado, «que te pasó Ahia?», le dije sorprendido de verla así, «nada, me golpee contra la puerta», me dijo bajando la cabeza. «No, a vos tú marido te pegó, esos son golpes de puño que tenes en la cara», le dije entrando en su casa. Ahia seguía cabizbaja, yo le levanté la cara y tenía los ojos llenos de lágrimas. «Donde mas te pegó?», le dije, ella sin decir nada se levantó las mangas de su camisa, dejando que le vea unos moratones en sus brazos, «y en el cuerpo también tenes moratones?», le dije. Ahia solo movio la cabeza para arriba y para abajo, diciendo que sí. «Queres que hable con tu marido?», le dije abrazando a esa mujer contra mí, sintiendo un rabia tremenda. «No, tengo miedo que me vuelva a pegar», me dijo apoyando su ...
... cabeza contra mi pecho y se puso a llorar. Yo pasaba mi mano por su espalda, intentando consolarla, la sentía llorar y temblar, «queres que llame a la Guardia Civil y le pones la denuncia?», le seguí diciendo, sin dejar de abrazarla, «no», me dijo sin separar su cuerpo del mío. Ahia es una mujer de no mas de metro sesenta, rechonchita, hace menos de un año tuvo su primer hijo, es una mujer atractiva, pero en sus ojos se le nota el miedo. «Donde mas te pegó?», le pregunté pasando mi mano por su espalda. «En todo el cuerpo, la espalda, las piernas, el culo», me dijo. «Pero que hiciste para que te diera esa paliza?», le pregunté, «nada, haberle dicho que no quiero a su madre en mi casa, ya que cuando vivíamos con ella en Marruecos, su madre me trataba como si fuera su sirvienta», me dijo mirando mi cara, seguían callendo algunas lagrimas de sus ojos. «No se que decirte Ahia», le dije pasando mi mano por su cara y siento como me besa la mano, «que buen hombre eres Eduardo», me dice y me vuelve a besar la mano. Yo le miraba su carita con el hiyab envolviendo su cabeza, «estando tú a mi lado me siento más tranquila», me dijo. Yo le agarre de la barbilla, le levanté su cabeza, y suavemente apoye mis labios sobre los suyos, Ahia me quedó mirando, se quitó hiyab de la cabeza, y soltando su pelo, que jamás me imaginé que lo tuviera tan largo, estira su cuello, y ahora era ella la que me besaba, siempre suave, era como si tuviéramos miedo que algo se rompiera entre nosotros, yo le empecé a ...