No al mal trato femenino
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... acariciar su cabello, Ahia no dejaba de mirar mis ojos, «estas más tranquila?», le dije volviendo a besar sus labios con un poco mas de intencidad y pasando una de mis mano por sus tetas, que me sorprendió el tamaño, ya que con las ropas que siempre lleva, casi no se le nota, unas tetas de tamaño entre medianas y grandes. «Sí, me siento más relajada», me dijo y nos volvimos a besar, ya pasando las lenguas de una boca a la otra. Yo le apretaba y acariciaba sus tetas mientras nos besamos. «Sacate esta camisa», le dije, dejando que se quite una camisa que mas parecía una túnica. Ahia me agarró de la mano y haciendo que me ponga en pie, me llevó a su dormitorio, donde sin decirme nada, solo me miraba, se empezó a desnudar. Yo la miraba mientras ella se terminaba de sacar la ropa, quedando en sujetador y bragas, se puso de rodillas en la cama y se sacó el sujetador, dejando dos hermosas tetas, de aureola y pezón de un marrón oscuro, se acostó y se sacó las bragas, quedando completamente desnuda tirada en la cama estirando sus brazos hacia mí. Yo me empecé a desnudar, sin poder dejar de ver el cuerpo desnudo de Ahia, su concha bien peluda, sus piernas marcadas por la paliza que su marido le había dado. Me acosté sobre ella, sintiendo como me brazaba, le empecé a chupar sus tetas, sintiendo como sus pezones se ponían duros en mi boca. Le empecé a besar todo su cuerpo rechoncho, su barriga, bajando lentamente, ella abrió sus piernas cuando le empecé a chupar su peluda concha, ...
... escuchando sus gemidos de placer. Volví a subir besando su cuerpo, acomodando mi pija contra su concha, muy suavemente le empecé a penetrar, escuchaba sus ayes de placer sintiendo como mi pija entraba en su cuerpo. Yo sentía su calor y lo mojada que tenía la concha mientras mi pija terminaba de entrarle toda. Ahia me abrazaba levantando bien sus piernas, moviendo sus caderas, yo movía suavemente mi pelvis, moviendo mi pija dentro de su concha, besando su boca, chupando sus tetas a medida que la cogía. Me puse de rodillas entre sus piernas, sacaba y metía mi pija en su concha con mucha suavidad, Ahia gemia fuerte, yo le agarre sus pies, abriendo más sus piernas. Lo único que se escuchaba eran nuestros gemidos, le empecé a dar suaves mordiscos en sus pies, en sus talones, pasaba mi lengua por la planta de los pies de Ahia, escuchando sus cada vez más fuertes ayes de placer. Le levanté más las piernas, sacando mi pija de su concha, se la aopyo contra el ano y la miro, «despacio por favor», me dijo cerrando sus ojos y respirando hondo, relajando su ano, que cuando empuje un poco, se abrió sin dificultad ninguna y mi pija empezó a entrar lentamente en el culo de Ahia. Me di cuenta en seguida que no era el primero que le iba a coger el culo. A cada empujón que daba, su ano se abría y mi pija le entraba sin causarle ningún dolor, hasta que despacio se la fui metiendo toda. «Que delicado eres para follar», me dijo Ahia, pasando sus manos por mis brazos, moviendo sus caderas. «Mi marido me ...