1. Emilio (Tarde-Noche)


    Fecha: 24/01/2021, Categorías: Hetero Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... restaurante que tienen allí. Así que, no nos verás hasta esta noche ¡eh! ¿Si quieres venirte?...
    
    Emilio se levantó y buscó en la mochila su cepillo de dientes y la crema dental.
    
    - ¡No, abuelo! prefiero quedarme... ¡Si no os importa, claro!
    
    - ¡No, hijo!, ¡que nos va a importar!
    
    Luego, salió al patio a coger la toalla que había dejado tendida y entró en el cuarto de baño.
    
    Al apartar la cortina de la ducha vio una esponja para exfoliar completamente nueva junto a la botella del gel de ducha.
    
    Y llamó a Marcos
    
    - ¡ABUELO!, ¡VEN UN MOMENTO!…
    
    Marcos entró en el cuarto de baño...
    
    - ¡Es solo un momento!, abuelo. Pero, necesito que me hagas un favor.
    
    Échale bastante gel y frótame bien en la espalda ¿vale?
    
    Con la esponja en la mano, Marcos se quedó quieto sin saber a que atenerse. Tenía a su nieto completamente desnudo delante de él.
    
    - Fuerte ¡eh!, abuelo. Y luego, me pasas la mano a ver que tal ha quedado ¿vale?
    
    - ¡Vale, hijo!…
    
    Emilio exhibía un cuerpazo tremendo. Se le había pegado un poco el sol, por la mañana, y tenía el culo un poco mas blanco que el resto del cuerpo, pero esa marca aumentaba su atractivo.
    
    Por eso, Marcos se puso un poco nervioso; aunque estaba encantado ¡eh! Volcó la botella de gel en la esponja y empezó a restregarle la espalda...
    
    Primero los hombros, claro. Le parecía lo mas lógico. Pero, fue bajando, hasta llegar al nacimiento del culo que, ahora, podía mirar con detenimiento, sin levantar sospechas. Y ganas le ...
    ... daban de enjabonarlo, también, pero se contenía...
    
    Frotaba con fuerza, como su nieto le había pedido; y restregaba, una y otra vez. Luego, con las manos sobre la piel recorría la espalda, comprobando si el trabajo estaba bien hecho y seguía frotando.
    
    Miraba ese cuerpo, que ahora tenía entre sus manos y sentía un gran placer.
    
    Emilio, por su parte, se enjabonaba las axilas sin prestarle atención; y, metiéndose las manos entre las piernas se frotaba los huevos...
    
    - ¡Oye!, abuelo, estoy pensando que... estoy seguro de que tu lo vas a hacer mucho mejor que yo. ¿Te importaría frotarme todo el cuerpo?... o, ¿te da vergüenza?
    
    - ¡Que va!… ¡para nada, hijo! Si tu quieres...
    
    Volvieron a oír a Dolores metiéndole prisa para que se vistiera. Pero Marcos siguió enjabonando el pecho de su nieto con la esponja llena de espuma y con las manos sobre su piel comprobaba como iba quedando todo. Disfrutaba del calor que despedía y daba rienda suelta a su deseo de tocarlo abiertamente.
    
    Tenía entre sus manos ese maravilloso cuerpo que se le ofrecía de manera tan fortuita.
    
    Inspeccionaba los huecos mas recónditos de la anatomía de su nieto y se daba cuenta del placer que sentían los dos ejecutando este pequeño ritual.
    
    Estaba descubriendo a su nieto, como un cómplice perfecto para satisfacer el deseo que había despertado en él.
    
    De mala gana, empezó a aclararlo; y, poco a poco, tuvo que terminar. El tiempo apremiaba y Dolores no dejaba de vocear desde su habitación.
    
    - ...
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