Emilio (Tarde-Noche)
Fecha: 24/01/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... ¡Bueno!, creo que ya está ¿no? ¿Voy a vestirme?
- ¡Claro, abuelo!
A las seis y cuarto se despidió de ellos...
- Pasadlo bien ¡eh!... y no penséis en mi. No tengáis prisa en volver, tata.
Dolores le dio las llaves de casa para que no tuviera que despertar a nadie cuando regresara de madrugada; y se pusieron a andar calle abajo. Antes de dar la vuelta a la esquina se volvieron para despedirse, agitando la mano; y Emilio, que había salido con ellos, respondió a su saludo y se dio la vuelta para entrar en casa.
Se tumbó en la cama, y durante un buen rato estuvo dándole vueltas a todo, pero el tiempo pasaba y debía ir a la farmacia a por algunas cosillas, así que se puso una camiseta; y en bañador, se metió las chanclas de goma para salir. La farmacia estaba muy cerca; y, allí, hablando de todo un poco con la farmacéutica, que le había visto con los amigos de su abuelo en la playa, se enteró de donde vivía Pepe.
Volvió a la casa; y después de prepararse para la fiesta, se puso sus calzoncillos favoritos, el pantalón corto, una camisa estampada que parecía de camuflaje y unas sandalias. Y salió a pasear.
Después de haber recorrido varias calles admirando algunas casas y alguna que otra cosa mas, se encontró frente a un chiringuito, donde vio que algunas personas sentadas en la terraza disfrutaban de un bocata de jamón, con una chorreada de aceite y unas rodajas de tomate.
Enseguida se le abrió el apetito; y se le antojó uno de esos. Se sentó en la barra y ...
... se quedó mirando la puesta de sol.
- ¿No eres de aquí, verdad?, le dijo el camarero
- No. He llegado esta mañana.
- ¿De Madrid?
- Si, de Madrid
- ¡Yo también soy de Madrid!…
Y le ofreció la mano
- ¿Que va a ser?
- Ponme un bocata de esos, de jamón con aceite y tomate... y una jarra de cerveza.
Al camarero le había caído bien; y trató de hablar con él. Pero estaba muy ocupado atendiendo a la gente que estaba empezando a llegar. La terraza se llenó en poco tiempo y Emilio empezó a sentirse observado.
Esas mujeres. No dejaban de mirarle…
… pero, de repente, uno de los señores que estaban con ellas, se dio la vuelta y le miró saludándole.
¡Coño!, pero si son Álvaro y Santiago, se dijo a si mismo; y se dirigió hacia ellos.
- ¡Buenas tardes!
- ¡Hola, niño!, dijo Santiago; que se levantó y le presentó a las mujeres.
- Esta es Rosa, la mujer de Álvaro y esta otra es Ascen, mi mujer
- ¡Encantada!
- ¡Mucho gusto!
- Este muchacho es nieto de Marcos y Dolores, que ha llegáo esta mañana de Madrid, dijo Santiago.
- ¡Un placer!.
- Y esos dos diablillos, que andan por ahí correteando, son mi nieta y su nieto, que son de la misma edad y siempre que nos juntamos se la pasan pipa.
- Si quieres sentarte un ratito con nosotros...
- ¡Rosa!, dijo Álvaro. Deja que haga lo que quiera, que seguro que tiene plan ¿verdá?
- Bueno, he salido a pasear un rato. Todavía no conozco a mucha gente aquí. Pero sí, le tomo la palabra y me siento ...