1. Clases de baile


    Fecha: 01/02/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sobre él y empezó su ruta de los besos. Primero en el lóbulo de la oreja mientras le susurraba al oído que se dejara llevar. Tras eso las mejillas y luego a recrearse de nuevo en los labios, mientras con las manos le iba desabrochando los primeros botones de aquella camisa rosa que tanto le gustaba como le quedaba. Siguió por la barbilla quitando los últimos botones para luego bajar hasta el pecho. Él echó la cabeza hacia atrás y se dejó hacer. Ella notaba como crecía la presión bajo sus pantalones mientras sus labios rozaban uno de sus pezones. Sus manos llegaron hasta el cinturón, obstáculo que no tardó en quitar. El botón del pantalón no ofreció resistencia y siguieron los besos por el ombligo y bajando. Él la miraba esperando el momento en el que le bajara la cremallera y le besara aquella parte del cuerpo que pujaba por salir. Pero ese momento no llegaba, ella alargaba los besos bajo el ombligo y él empezaba a ponerse nervioso.
    
    Al final él no pudo más y no le quedó más remedio que guiar su cabeza un poco más hacia abajo, que era lo que ella quería que hiciera. Ya si bajó la cremallera y siguieron los besos sobre la ropa interior, la cual ya abultaba demasiado. Más besos bajando por los muslos y las piernas mientras desaparecían los pantalones. Un pequeño masaje en los pies y las piernas y vuelta a subir hacia arriba. Esta vez sí que agarró los calzoncillos de los lados para acabar quitándoselos bajo su atenta mirada. Y sin apenas pensárselo empezó a recorrerlo primero ...
    ... a besos y después a lametones. Un suspiro le hizo saber que lo estaba haciendo bien. Le hizo una buena mamada, empleándose a fondo en hacerle disfrutar hasta conseguir que estallara en su boca.
    
    Un sorbo de refresco y se sentó a su lado en el sofá. Él estaba como exhausto después de aquello. Hacía tiempo que nadie le hacía algo así, con tanto morbo y a la vez cariño. Y decidió devolverle el placer que ella le había dado. Así que hizo que ella se tumbara y sus hábiles manos la recorrieron por completo, deshaciéndose de la ropa hasta tenerla totalmente desnuda. Se puso sobre ella y con una mano en cada pecho empezó a besarla por todo el cuerpo, a disfrutar de su cuerpo. Hasta terminar a lametones en el lugar donde se concentraba el placer, arrancándole gemidos cada vez más intensos, y descubriendo algo que él se había pensado que no existía. Y es que ella era multiorgasmica. Nunca había estado con una chica como aquella. Aquello lo hizo volver a excitarse de sobremanera y sin pensarlo se subió al sofá y la penetró sin apenas esfuerzo por lo mojada que estaba. Sus cuerpos se movían acompasados al ritmo de salsa. Estaban tan excitados que no existía nada más para ellos que aquel sofá. Cambiaron de posición varias veces hasta ella ponerse sobre él a saltar en el sofá, que sin ella saberlo es lo que más le gustaba a él que le hicieran. Aquello hizo que su erección aumentara aun más y se empezaran a escuchar sus gemidos por encima de los de ella. Siguieron hasta que ella notó que ...