El taxista: mi primera vez
Fecha: 26/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: pasivo16, Fuente: SexoSinTabues
... taxi quería que terminara como una de esas historias, me acordaba de ellas y siempre viajaba con el pene duro por eso. Como sea, nunca había pasado. Bueno, ahora sí en el “relato”. Siempre he sido un fan de la música, con mis 15 años me llamaba la atención. Iba a venir un grupo musical que me gustaba, y con mis amigos habíamos planeado ir. Como estudiaba en la mañana, iba a comprar mi entrada después del colegio. Todo ese día transcurrió normal. Bueno, al final me distraje un poco y me olvidé de ir a comprarla, ya que era cerca del colegio. Tuve que ir más tarde. Llegué a mi casa, comí y después me dormí un poco. Me levanté ya con la intención de ir ya por el boleto, así que me cambié y me fui a arreglar en el espejo. Me gustaba mirarme la cola antes de salir, me gustaba como era: paradita. De niño era gordito, para los 15 ya no lo era, pero eso me dejó un culito algo grande por la grasa supongo. Ya había escuchado comentarios de mis compañeros, diciendo que tenía la cola como de chica, hacia como que me molestaba para que no se dieran cuenta, porque en secreto me gustaba que se fijen en mi. Para ese tiempo me ponía ya pantalones un poco apretando para que se marque aún más las nalgas. No era tan alto, una estatura común, y blanco sin llegar a ser tan pálido. Así fue, me arreglé y salí casi a las 4:30, sabia que los boletos no se acabarían rápido. Era un día soleado, hacía algo de calor. Caminé un poco hasta que apareció un taxi vació, el cual le hice señas y paró. Siempre ...
... me subía a los taxis en el asiento de acompañante al frente, por el morbo, con la esperanza que me pase algún día como a tantos en esos relatos. Cuando me subí, al momento de sentarme (aún la puerta no la había cerrado), se ma cayó la billetera del pantalón. Yo me agaché a recogerla, sin pararme del todo, dejando expuestas mis nalgas a la vista del taxista. No sé si esto influyó en lo que pasó después, pero hasta ahora me doy cuenta que tal vez eso le haya dado la confianza a él de actuar como actuó. Ya cuando cerré la puerta, y le dije mi dirección, apenas lo pude ver. Era un hombre, de unos 35 a 40 años. Tenia de esas barbas de una semana, que raspan. Tenía un cuerpo duro, no tan definido. Parecía como si antes hubiera hecho pesas, pero ahora ya no. No parecía taxista, después me contó que era dueño de un hostal. Era trigeño, con cabello corto. Era más alto, y grande que yo. Me gustó, se veía “sucio”, lazado, atrevido. Justo cuando íbamos a salir, otro chico estaba esperando en la misma esquina que yo. El taxista le preguntó que a dónde iba, y resulta que a donde iba quedaba de camino a donde iba yo. Le dijo que se suba, y así fuimos: arrancó. Él era lazado, nunca paró de hacernos la conversación, yo era algo tímido por lo que me limité a responder sus preguntas nada más. Tenía una actitud a bastante confiada, con una sonrisa que parecía que siempre sabia lo que iba a pasar en cada momento. El otro chico resulta que iba a ver a su novia, él parecía de mi edad, y eso fue el ...