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La historia de Claudia (19)
Fecha: 26/10/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... Rosario se derrumbaba en el piso tras acabar entre convulsiones y jadeos, con las manos de la cachorra aferradas a sus caderas y el dildo hundiéndose totalmente en una violenta embestida final. Poco después, cuando Nelly y Rosario se habían recompuesto de tanto trajín, se llevaron a las esclavas a los dormitorios. Nelly con Claudia y Rosario con la cachorra, dispuestas a seguir gozándolas hasta no dar más. A la noche siguiente cuando Inés llegó en busca de sus esclavas, Nelly las tenía ya listas esperando de pie en el living, con las piernas juntas, la cabeza gacha y las manos atrás. -¿Se portaron bien, Nelly? –quiso saber el Ama. -Sí, querida, muy bien. Anoche Rosario y yo estuvimos cogiéndolas y no tengo quejas. Hoy las usé como sirvientas y me dejaron la casa hecha un espejo. La verdad es que ya son como animales amaestrados. Se puede hacer con ellas lo que una quiera y además son muy putas, Inés, calentonas como perras en celo, jejeje. El Ama escuchó con satisfacción el informe y poco después se retiró con Amalia llevándose a las esclavas. Una vez en el departamento les hizo conocer sus habitaciones, en cuyos placares había guardado la ropa y demás pertenencias de ambas. Luego se las llevó al living y mientras ella y Amalia bebían café que había preparado Claudia, puso a las dos esclavas al corriente de sus planes, aunque le ocultó a Claudia su idea de venderle las dos propiedades: -Bueno, perras, a partir de ahora comenzará para ustedes una nueva ...
... vida. Vivirán por y para mí. Todos los días recibirán a varias mujeres que pagarán por tenerlas en la cama. Por si no quedó claro, voy a prostituirlas en mi beneficio. Ambas esclavas permanecieron en silencio, sintiendo lo mismo. Ya habían sido entregadas por Blanca, incluso mediante una subasta. Que ahora se las entregara a diario por dinero no alteraba las cosas. Además sentían que era cierto cuando se las llamaba perras en celo. Les fascinaba coger y ser cogidas y no estaría nada mal hacerlo a diario con distintas mujeres. Después de explicarles el destino que les esperaba, Inés se dirigió a Laura: -¿Cuándo tenés clase en la facultad, cachorra? -Los miércoles, jueves y sábados, Ama. -Muy bien, ya sabés lo que espero de vos. Te quiero en plan seductor con toda compañerita que valga la pena. ¿Entendido? -Sí, Ama. -Pero antes que nada te vas a ocupar de esa tal Paola. Si está tan loca por vos como le dijiste a Blanca y te movés con inteligencia no creo que te resulte difícil atraparla. ¿Cómo es físicamente? -Es muy linda, Ama. Un poco más alta que yo, delgada, de cabello castaño, largo, y con muy buen cuerpo. –evocó la cachorra. -¿Qué edad tiene? -Creo que tiene veinte, Ama. -Mmmmm... todo un bocadito... –dijo Inés relamiéndose. -¿Sabés algo más de ella? ¿Vive sola? -No, Ama, me parece que los padres están separados y ella vive con la madre. -Bien, putita, hoy es martes así que mañana mismo empezás tu trabajo con ella. -Sí, Ama, lo que ...