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Malena 6: Nuevos Comienzos 3
Fecha: 11/02/2021, Categorías: Gays Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos
... acuestas conmigo. -¿y si no la “arrastras”? -pídeme lo que quieras… tengo algunos buenos secretos que te interesarían mucho… ¿Qué tal? -me interesantus secretos cómo por ejemplo: ¿Por qué no perteneces a mi submundo? Acepto la apuesta. ¿Qué lapso propones? No puede ser muy largo, si no, no tiene gracia… ¿No me iras a pagar con un secreto de pacotilla? -me ofende tu duda… pongamos un plazo de treinta días… ¿aceptas? -¿tan poco?...estas muy segura…bueno, lo quiero ver… aceptado. -en menos de treinta días las tendré… a las dos… -¿de verdad crees que Shay se deje convencer? -se dejará… es una bella mariquita… está enamorada de ti… y yo también le he empezado a gustar, me late que sí… -no creo… pero allá tú… todo es posible… ¿y cómo me lo probarás? -ella misma te lo contará… debe saber de tus aventuras lésbicas de antaño… aunque no se las hayas contado, alguien lo habrá hecho… y entonces una buena excusa para entrarte es: “Malenita, mi amorcito, ¿me puedes dar un consejito? Es que siento algo extraño por una bella morenita” dijo ella remedando a Shay. -yo no se las he contado, respondió Malena seria mientras bebía el último sorbo de su cerveza. -vámonos, que ya es tarde y me duele la lengua… voy a masturbarme por tu amiga… ¿quieres ir a verme? ACTIVIDAD RIESGOSA PARA UNA MUJER ENAMORADA Malena estaba definitivamente dentro del grupo con todos los derechos y deberes de una de las más importantes concubinas del harén de Gonzalo. Cada vez ...
... tenía que esforzarse más, dar más. Se veía exigida a ser más obsequiosa con los clientes recalcitrantes que Gonzalo le asignaba para que ella los suavizara, los sonsacara y, en fin, los convenciera de que “hacer negocios con nosotros es la mejor alternativa”. Se estaba acostumbrando a beber más de lo normal, a acostarse tarde y levantarse más temprano de lo habitual para cumplir sus deberes maternales que no podía ejecutar en horario ordinario a causa de sus madrugadoras llegadas a casa. Comía más de lo normal y comida perjudicial. Ya veía como cosa normal (y sin consecuencias) el besarse y dejarse manosear por tipos prácticamente desconocidos sólo porque eran “clientes” que debía convencer de algo. Estos ejercicios libertinos la ponían en un estado de excitación tan grande, que nunca estaba segura de poder resistirse a un pedido extra... En fin, se estaba acostumbrando a ajustar sus principios a una actividad tan riesgosa para su condición de mujer con pareja fija, pero que le proporcionaba más dinero extra que el que necesitaba. Los hombres con los que se relacionaba eran -casi siempre- bellos ejemplares olorosos a buenos perfumes, elegantes, ricos y que le proponían compensaciones económicas impresionantes porque se convirtiera en amante de fin de semana o porque les sirviera de compañía durante algún evento. Eran difíciles de resistir. La continua violación de sus preceptos morales no le causaban remordimientos de consciencia, lo que sí la perturbaba ...