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Malena 6: Nuevos Comienzos 3
Fecha: 11/02/2021, Categorías: Gays Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos
... pinga dentro de ella. Adentro y afuera, adentro y afuera… Malena tomó aire: -por favor… no me… acabes adentro… te lo suplico… -te lo prometo… Entonces lo rodeó con sus brazos, apretó fuertemente su vulva contra el pubis del hombre y soltó el orgasmo. Un chillido se le escapó de su garganta reseca. Él la apretó por las nalgas para sentir el temblor de sus entrañas desbordadas, a través de la agitación que, sus enormes posaderas, le trasmitían a sus manos. Apretó con fuerza, impulsó toda su herramienta hacia lo profundo de ese mundo interior y soltó el chorro. “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” parecía ser uno de sus lemas draculianos. Drácula con una mano en cada una de las robustas nalgas de Malena, siguió impulsándose dentro de ella. Aún tenía ganas ¿cómo saciarse de algo tan cómodo y receptivo? Iba rumbo al segundo orgasmo de la noche. La acolchada brecha de Malena no quería soltarlo, lo atenazaba como a veces le sucedía especialmente cuando estaba nerviosa o asustada. El tipo se movía de forma frenética y técnicamente perfecta e inolvidable, los mordisquitos en el cuello ahora eran más fuertes, pero sólo le clavaba los dientes, no la succionaba: solo la mordisqueaba con lengua, labios y a veces le raspaba un poco con sus afilados colmillos y era en ese momento cuando ella sentía desvanecerse. Sus nuevos clímax llegaron casi al mismo tiempo. Todo había sucedido en menos de diez minutos. Ambos quedaron en estado de gracia. Se ...
... habían regalado mutuamente varios orgasmos maravillosos que les quedarían para contárselos a los amigos por lo inusitado de la situación en que se produjeron. Malena respiraba agitadamente. Lo separó bruscamente de su cuerpo abotagado por la fatiga, el placer saciado y el vacío que había dejado la desaparición de su tensión nerviosa. La bata se desenrolló por sí sola y volvió a cubrirla, la pantaleta regresó a su sitio merced al esfuerzo de sus propias manos. La raja estaba babosa. -te dije que no me acabaras adentro y lo hiciste dos veces… ¡eres malo! Le dijo aún entontecida. -no pude, no pude -le dijo él tratando desesperadamente de explicar su falta de palabra, mientras acomodaba su propia ropa- tú misma me lo impediste… no lo pude sacar porque apretabas… -ay, sí…tremenda excusa… ¡aléjate! déjame arreglarme… ¡dame tu pañuelo! ¡ay sí…Qué vivo, eres! Se arreglaron en silencio: ella haciéndose la brava y él digiriendo la reprimenda, pero relamiéndose de placer. Se dirigieron nuevamente hacia la entrada en la cual la gente ya empezaba a moverse con el fin de entrar a recoger sus cosas. Allí los esperaba Gonzalo. -¡coño! ¿Dónde se habían metido? Tengo rato buscándolos, preguntó intrigado y mostrando su preocupación. -nos alejamos hacia atrás para evitar peligros en caso de una explosión siempre previsible en estos casos que… Gonzalo lo cortó: -¿estás bien? preguntó dirigiéndose a ella que se veía aun desorientada y trastornada por todo lo que ...