1. Roxana, violada por un conocido


    Fecha: 14/02/2021, Categorías: Humorísticos Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... segundos, dudando, hasta que finalmente entro.
    
    ……….
    
    Roxana tocó el timbre del departamento. Fui rápido a abrirle, no quería que escuche los gemidos de las prostitutas que trabajaban en los otros pisos, y huya. Cuando me vio, quedó paralizada, pero no sorprendida.
    
    β€” Vos…— dijo con rencor.
    
    β€” si, nos conocemos del tren, pasá que te doy el documento y las tarjetas.
    
    β€” No, acá te espero acá. β€” dijo, firme en el umbral de la puerta.
    
    β€” pero por favor, como vas a esperar ahí β€” dije, yendo a su encuentro, tomándole de la mano, y tirando de ella para hacerla entrar.
    
    β€” no, no hace fal…— pero a pesar de todo entró.β€” Yo te conozco β€” me dijo, una vez adentro. Vestía una elegante pollera negra, una camisa blanca con botones grandes y negros, y un saco que hacía juego con la pollera. Se notaba que recién salía de trabajar de alguna oficina.
    
    β€” si, nos conocimos ayer en el vagón. β€” le dije. β€”¿te acordás? β€” le pregunté refiriéndome a todas las veces que la apoyé y manoseé.
    
    β€” No β€” dijo ella, para mi sorpresa. β€” yo te conozco del supermercado.
    
    Era increíble que se acordara de mí, y yo que pensaba, que cuando trabajaba ahí, apenas podía diferenciarme de mis compañeros.
    
    β€” así que te acordás de mí β€” le dije, contento.
    
    β€” Si β€” respondió. β€” mirá, yo no sé qué habrás pensado, pero si ayer cuando me tocaste no te dije nada, fue sólo porque no quería hacer un escándalo.
    
    β€” ¿ah si? β€” dije burlón.
    
    β€” sí, así que si tenés mis documentos por favor dámelos y me ...
    ... voy.
    
    Se había puesto seria. Su pelo recogido y peinado prolijamente, y ese uniforme pulcramente planchado la hacían ver demasiado sensual. La camisa, tenía dos botones desbrochados, y a mí me dieron ganas de desabrochar el resto. La pollera, coqueta, la tapaba hasta unos centímetros por arriba de la rodilla, la medida justa, para hacerla ver elegante y sexy al mismo tiempo.
    
    β€” te voy a dar tus documentos. β€” le dije β€” y te voy a dar algo mas también. β€” la agarré de la cintura y la tiré hacía mí.
    
    β€” Nooo β€” gritó. Poniendo sus manos entre nosotros. De poco le sirvió. Era muy débil, y cuando la apreté contra mi pecho, sus brazos quedaron atrapados entre nosotros, pegados a mi pecho, sin poder separar su cuerpo del mío.
    
    Le chupé el cuello.
    
    β€” noooo! β€” gritó
    
    β€” No sabes cómo nos calentaba este culo β€” le susurré al oído, mientras volvía a sentir el glúteo firme con la mano.
    
    β€” por favor, no.
    
    β€” dale, si te gusta putita. β€” dije. Le arranqué los botones de la camisa de un tirón. Quedaron al descubierto las tetas con el corpiño blanco. Enterré mi cara en ellos. Mientras ahora metía la mano por debajo de la pollera, sintiendo las medias negras que ya estaba rompiendo usando mis dedos como garras.
    
    Me empujó con fuerza y me dio un cachetazo. No me importaba que me pegue, ni que grite. Las putas de los otros departamentos estarían muy ocupadas haciendo su trabajo y si escucharan algo, no les llamaría la atención, acostumbradas a ambientes turbios.
    
    La agarré y la abracé. No ...