Memorias
Fecha: 27/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Rondando la cincuentena estoy rememorando mi primera relación sexual, a los dieciséis, no, en realidad no, para ser justos debo remontarme a los trece, donde inicié el camino que he seguido hasta ahora, y que si bien lo inicie yo solo fue determinante para mi elección.
A esa edad, los trece, escuché una conversación entre dos vecinas, ambas de mediana edad, en la que una le contaba a la otra con lujo de detalles, como, su amante se "la había cogido por el culo", lo mucho que había gozado de esa relación, y de cómo había que proceder para que no doliese,"empujás para afuera, como para cagar", con eso y una buena lubricación, la satisfacción es garantida.
Esas palabras me quedaron grabadas y determinaron mi vida pues quise saber que tanto se disfrutaba con la penetración anal y empecé a probarlo, primero los dedos, luego objetos que iba buscando cada vez con mayor entusiasmo y que a medida que eran probados eran sustituidos por otros de mayor tamaño, así fueron pasando velas, hortalizas varias, y un sin fin de cosas cilíndricas, no conforme con lo que encontraba, y con el correr del tiempo, me fui ingeniando para fabricarme consoladores cada vez mas perfectos y manuables, para cuando conocí a un hombre, y su consiguiente miembro viril, ya había desarrollado tal técnica que me permitía "autocojerme" con una calidad de placer impecable, me había fabricado un consolador de medidas óptimas para mi físico, suave y flexible, de goma, que mediante una suerte de cinto podía fijar ...
... a una almohada, colocaba una toalla sobre la almohada enjaezada con mi verga sintética y poniéndome en cuclillas me penetraba el ano, luego tirándome hacia delante, boca abajo, me abrazaba a ese improvisado amante, y con movimientos de cadera, y dirigiendo con mis rodillas a la almohada, lograba un mete-saca que estimulando mi ano, y esa zona de placer adjunta a la próstata me llevaban a un orgasmo intenso y mi eyaculación empapaba la toalla, algunas noches esa operación se reiteraba hasta tres o cuatro veces, era un chico muy activo en lo que a sexo se refiere....
Así llegué a los dieciséis, con una figurita que muchas mujeres envidiarían, piernas largas y bien torneadas, bastante alto para mi edad, cuerpo flexible, una cola redondita y firme que atraía las miradas de mas de un hombre, y a pesar de ser delgado, unas grasitas en mis caderas y pecho, junto a una total ausencia de vello , me daban un aspecto de efebo romano que tanto gusta a ciertos hombres....
Claro que ya tenía definidos mis gustos sexuales, y si aún no había concretado una relación, era porque en esa época no resultaba fácil ser homosexual, por lo menos en el ambiente en que me movía, y donde nadie tenía ni la menor sospecha de mis gustos y menos de mis "actividades secretas",ya que, a pesar de mi físico, no era, ni lo soy, para nada afeminado....
Bien, y así llegamos a ese verano de mil novecientos sesenta...y algo. Mis padres, en buena hora decidieron hacer un crucero a Europa, muy de moda en ese ...