Memorias
Fecha: 27/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... todavía hinchada de mi, cuando hubo salido me volví para besarlo y de paso para hecharle un vistazo a su aparato de placer, estaba tumefacto y brillante, con una gota de semen aun asomando del agujerito, me escurrí al suelo, y de una lamida le limpié esa última gota de su jugo masculino...después, corrí al baño, a disfrutar del placer de sentir salir ese mismo juguito por mi ojete ahora un poquito irritado, dos o tres pujos eliminaron su regalo, el de los dos polvos.....
Ese dia continuó como si nada, fue a buscar a su esposa y cuñadas a la playa, yo me bañé y eliminé todos los vestigios de nuestros juegos amorosos, en mi físico y en la casa, especialmente en el sillón que no tomamos la precaución de cubrir y quedo de oro y azul con mis acabadas, incluso fue un motivo de broma privada en el futuro cuando alguna de las mujeres se sentaba en una de las manchas que no fue posible quitar "La vas a dejar preñada", me decía. Como decía ese día transcurrió con la rutina habitual, nosotros intercambiábamos miradas cómplices cuando podíamos, e incluso alguna caricia o beso
Sobre el atardecer, las miradas se fueron haciendo cada vez más lujuriosas, y en determinado momento me hizo señas de que me dirigiese al garage, lo esperé allí, cuando llegó nos besamos y las manos se dirigieron a nuestros respectivos intereses, ya la tenía ...
... parada.... la extraje de su encierro bajando el elástico de su pantaloncito y con él apoyado en el auto, me puse de rodillas ante ese dios y me puse a aplacar su deseo con mi boca, lamí, saboreé, chupé, con mis labios y manos cree un receptáculo suave y ardiente para esa verga a punto de estallar, así acoplados empezó a moverse como en un coito suigeneris, y empecé a sentir como aquella pija se ponía cada vez mas grande y dura, los dos callábamos, el solo gemía de placer y yo por el obvio uso que le estaba dando a mi boca tampoco podía decir nada, aceleró...y nuevamente recibí sus chorros de leche espesa, caliente, entre salada y amarga, en mi boca....saboreé ese néctar y luego voluptuosamente y haciendo que él lo viese me la tragué.
Así comenzaron tres meses de sexo desenfrenado, donde toda ocasión era aprovechada, en la soledad de las mañanas, en el encierro del baño, en el garage, montes cercanos, a la luz de la luna en la playa, en el asiento de atrás del auto...fueron cientos de veces que su miembro me penetró, litros de semen pasaron por mi ano o mi garganta, ese hombre incansable y mi deseo exacerbado nos unieron en una luna de miel interminable, y así comenzó una vida por donde muchas vergas entraron en mi, pero fue mi Turquito quien me inició y quien me hizo conocer el placer de ser poseído por un hombre, a su memoria, gracias.