1. Nieta de fuego – venganza (inicio) parte 1


    Fecha: 25/02/2021, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... del placer. Al segundo envión, con más ansiedad que brusquedad, gestos primarios y salvajes son decodificados en el lenguaje de la calentura como mimos de la pasión.
    
    En el momento de máxima penetración, enterrado en el fondo de su sexo, nos quedamos atascados, atorados en la emoción, breve “impasse” que nos sirvió para entender que estábamos al borde del abismo, lo prohibido había madurado en nuestro deseo, ahora era el momento preciso de concretarlo, saltamos al vacío.
    
    Nos miramos, nos besamos, como amantes de toda la vida, mientras hurgaba en sus entrañas con mi deseo erecto, liberaba sus pechos para que pudiera verlos y besarlos, ofrecen a mis labios sedientos sus pezones gordos y rosados. Las nalgas son capullos de algodón en mis manos grandes, la atraigo hacia mí mientras entierro la vega hasta el fondo de su conchita, elevo su cuerpo y la coloco sobre mí, movimiento convulsivo y urgente, profundo, llegando al útero según dijo sentir, al frotar la cabezota contra el fondo vaginal. La calentura de años condensada en un momento, en un instante, el orgasmo le estalla nuevamente sin darle tiempo, sofoca y opaca el sonido de los gemidos llevando sus manos a la boca, una segunda oleada, y una tercera repiten el mismo efecto, en la postrer oleada de placer se sacude y estremece. Los gemidos libres llenan el cuarto de música pasional.
    
    -¡Ven, ven, te necesito! ¡Dame, dame, dame másss! -Urge, quiere sentir como me corro en ella, voy en pos de ese momento de liberación ...
    ... interior del macho cabrío.
    
    El momento de la verdad está cercano, empujo con más fuerza en su sexo, entro a fondo y con toda la potencia que mis fuerzas me permiten, brusco y vehemente, disfruta esa forma de hacerlo, incita y desafía, pide más, exige más.
    
    -¡Dame más!, ¡Rompe todo! ¡Soy tuya!, ¡Más soy tuya! ¡Dame, dame!
    
    Un destello de cordura y lucidez acude en mi ayuda, titubeo para decirle:
    
    -No.… no tengo condón. ¡Esperaaa!...
    
    La palabra inconclusa, y su actitud irreverente me sorprende, se agarra de mis nalgas, jala hacia ella, me contiene y retiene hasta dejar que se me escape la vida dentro de ella.
    
    -¡Ah, ahhhhhhh! -fue lo más que pude decir, como un estertor, broto desde el fondo mi pecho, con el primer chorro de semen, un segundo y un tercero. Sentía la visión borrosa, zumbar los oídos, como en aquellas primeras experiencias de adolescente. Nada más importa, solo dejarme ir en ella y gozarlo, aunque me costara la vida.
    
    Eran sensaciones olvidadas, sentirme latir en ella, en la intimidad de su carne joven, beber el elíxir de su juventud de su fuente de la vida eterna, a cambio, mi experiencia de mil batallas, pero esta, sí que era la madre de todas las batallas.
    
    Seguía latiendo en ella, nos miramos en silencio, nos sentimos libres, alegres como palomas, cómplices y llenos de vida nueva. Podíamos entender que ese deseo brotado de la nada, desde una vida anterior creció y maduró en nuestra existencia, tomó forma y se expandió, permaneció latente, pero ...