Alicia 17/25
Fecha: 28/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
Alicia 17 Al día siguiente me desperté pensando en la conversación que tuvo mi angelito con Marga. Mientras tomábamos el desayuno le miraba la boquita esperando que se decidiese a largar el rollo. Comimos rapidito para aprovechar los minutos que nos restaban para estar en esa posición, ella con su camisón de dormir sentadita en mis piernas y yo con las manos reptando por todo su cuerpito, cuando lograba sacar mi boca de esos labiecitos le preguntaba que más habían hablado, si le había contado de lo nuestro. Como toda respuesta me llevó de la mano a su dormitorio, pensé que ya se cambiaría para ir al colegio pero abrió su cajonera y me tendió una bombachita. Parecía otro recuerdo que me estaba dando pero enseguida pude apreciar unos finos bordados, una textura que decía claramente que no se trataba de la bombachita de mi hija. Me dijo que habían conversado de muchas cosas, algunas tan íntimas como para intercambiar su ropita interior, supongo que la que traían puesta ya que Margarita no andaría por ahí con un repuesto. También dijo que era demasiado para contarme ahora, que me daba esa prendita como adelanto para que vaya imaginando la situación. Se puso el uniforme y salimos de la mano, nuestros dedos se comunicaban que había grandes cosas en puerta. Esa mañana me dediqué a trabajar con gran entusiasmo, pude finalizar todos los pedidos de mi empleador, Peñafiel se pondría contento cuando le mandase todo listo. A la hora exacta partí hacia el colegio para buscar a mi hija, ...
... saludé con un beso a Mary pero no le quise mencionar a la nueva amiga de mi nena, la tomé de la mano y nos fuimos a casa. Apenas entrar ya estaba olvidando que me debía relatar algo, tenerla allí abrazada lograba que hasta me olvidase de respirar. Si respiraba era solamente para sentir el aroma de su cabellera, mi boca únicamente servía para estrellarla contra su pielcita, si tenía manos solamente eran para recorrer su cuerpito. Estaba a punto de meter la cara entre sus piernitas, quería comerme bien esa puchita, cuando amasando mi pelo susurró que mejor hacíamos el almuerzo, nos quedaba todo el día para que diese su relato completo. Preparamos algo livianito siempre rozando piel contra piel, casi no se podía trabajar con tantos choques. Ella ya se había librado del molesto uniforme enfundándose en la ropa suelta, la tenía sentada en las piernas y mi mano pugnaba por meterse debajo de su bombachita, una de algodón, no como la que estaba sobre mi tablero de dibujo. Fuimos al sillón y la tuve que llevar alzada, no podía retirar mi mano de su pielcita. Comentó distraidamente que su nueva amiga era muy alta, que le causaba envidia. Para consolarla le dije que mi reina se llamaba Alicia y era única en este universo, que lo demostraba al arrodillarme cada vez que quería alcanzar su carita. Le expliqué que la altura de Margarita solamente obedecía a la contextura de sus huesos, que por dentro era una nena como ella, aún más temerosa y con mucho menos experiencia. Esto la relajó un ...