1. Alicia 17/25


    Fecha: 28/10/2017, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... tocaba adorar ese agujerito divino, al rato me dediqué al huequito de más abajo, a ese que está en un tajito que lo quiere esconder. Las chicas habían olvidado un fibrón sobre la cama y tuve que tomarlo para darle un mejor uso, lo mojé con saliva y apunté a su culito, entraba deliciosamente mientras mi nenita cerraba los ojitos para sentir mejor. Con la lengua me dediqué a su puchita, con un dedo de la otra mano auxiliaba en la operación y lo metía bastante hondo en ese agujerito prohibido, en esa vaginita que ansiaba recibirme completamente. Así hasta que su cuerpito se empezó a sacudir tan fuerte que me indicó que había logrado mis propósitos, entre los gemidos de mi beba y los temblores de su piernitas se me disiparon las dudas. Me puse a comerle la boquita buscando las palabras que se hubiesen trabado allí, al final empezaron a fluir: A la mañana siguiente el hombre despertó a su hija con una bandeja del desayuno, recordaba que una vez tuvo que comer en la cama por estar enfermita, pero esta atención nunca la había recibido. Realmente se estaba ganando su perdón con tantos cariñitos. Se quedó sentado al borde de la cama y le daba las galletitas en la boca, parecía estar atendiendo a una bebita. Cada rato acomodaba sus cabellos para que no se metan en el humeante tazón, los acomodaba y quedaba acariciando esa cabecita, metiendo los dedos entre el pelo, parecía que deseaba consolarla de una gran pérdida, tal vez su propia pérdida de tiempo sin abrir los ojos y percibir ...
    ... aquella nena que tenía en la casa, su nena, su propio amorcito tan frágil y suave a pesar de esas largas piernas. Apenas entró a la sala para sentarse al piano, interrumpió sus pasos con cara preocupada y quiso saber de esa parte castigada, si había logrado curar un poquito. Como Margarita no podía verse la espalda se dobló aferrándose al taburete y le pidió que se fijase. Esta vez el camisón no fue levantado con furia, tomándolo del ruedo lo fue subiendo lentamente, parecía temer que sus manos lastimasen a la nena que ya sufría pequeños temblores, al final lo dejó enrollado sobre su espalda. Esperaba sentir unas manos en sus glúteos, pero solamente era observada con detenimiento, unos ojos llenos de amor buscaban todas las perspectivas para mirar esas carnecitas redondas. Al final llegaron los dedos acariciantes, recorrían esos globitos donde habían aterrizado con saña, tuvo que agregar la boca para curar resquicios de su locura pasada. Otra vez esos dedos sacaban la tela que se empecinaba a meterse en esa zanjita y le dijo que deberían comprar otra clase de bombachitas, que éste modelo podría lastimarle la colita. Para curarle bien esas molestias le separó los cachetitos con ambas manos y repasó la zanjita con la lengua, arriba y abajo, en alguna pasada parecía detenerse haciendo presión sobre un fruncido huequito, ese huequito que se había lavado bien para sacarle el olor a caquita. Con otros dedos repasaba una mancha de humedad que se estaba agrandado en la bombachita, lanzó ...
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